Relevos y presupuesto

La mayor presencia en el exterior, el impulso a la actuación conjunta y la modernización operativa e industrial se presentan como los tres pilares básicos para afrontar el futuro de nuestra defensa.

El nombramiento de los nuevos jefes de los Ejércitos y la Armada y la aprobación del proyecto de presupuestos generales del Estado para 2017 se producen un día después de la comparecencia del Secretario de Estado para informar en el Congreso sobre la situación de los programas de armamento. Tres noticias importantes que tienen su trascendencia para el mundo de la defensa.

En cuanto a los relevos de la cúpula militar, que se producen una semana después del nombramiento del nuevo Jemad, se ha destacado desde diferentes sectores el perfil internacional y la visión más conjunta como factores en los que aparentemente coinciden los tres Jefes de Estado Mayor. El primero es algo común a nuestros militares y no debe extrañar. El segundo aspecto supone una característica cada vez más deseable en el entorno, tanto nacional como internacional, en el que deben actuar las Fuerzas Armadas que, sin perder sus peculiaridades propias, conforman un todo único e integrado. Desde nuestro punto de vista apuntamos un tercer factor como es el perfil operativo de los nuevos responsables, que pudiera indicar un mayor esfuerzo hacia el exterior.

Destacaremos en ese sentido la actividad de la ministra de cara a visitar las distintas zonas donde despliegan tropas españolas, así como las declaraciones durante la entrega del Premio Sabino Fernández Campo señalando el compromiso de España con la defensa colectiva. No parece casualidad que la primera edición de este premio se haya otorgado al exministro socialista Julián García Vargas. Para muchos el mejor ministro de Defensa hasta la fecha, que abrió la puerta de las misiones en el exterior y que desde el ministerio, y también una vez alejado de responsabilidades políticas ha trabajado en pos de la consolidación del sector industrial de defensa.

Sobre ambos factores, capacidad operativa y esfuerzo industrial, centró el Sedef su comparecencia en el Congreso. Agustín Conde, ofreció una explicación muy detallada de la situación de los programas, de lo que han representado y representan en cuanto a capacidades militares y de lo que han supuesto para la industria. El Secretario no omitió datos sobre la situación financiera de los programas y desde la oposición, especialmente desde la más radical, no se puede decir que haya sido opaco en la presentación de los datos.

En su repaso recordó que los programas especiales se iniciaron en 1996, como elemento decisivo para la modernización y profesionalización de las Fuerzas Armadas. No debe escaparse la alusión a la propuesta de uno de sus antecesores, Constantino Méndez, sobre la viabilidad del modelo de gestión presentada a finales de 2011. Evidentemente se recordó a sus señorías la sentencia del Tribunal Constitucional por la que se declara inconstitucional el procedimiento de Real Decreto Ley para afrontar los pagos y la necesidad de que los presupuestos generales del Estado incluyan las partidas correspondientes. Un aviso a navegantes o un recordatorio, junto con una nueva alusión hacia el partido socialista.

Los datos ofrecidos por el gobierno para el presupuestode 2017 presentan un techo de gasto de 118 mil millones de euros, 5 mil millones menos que el establecido para 2016. En los últimos años el presupuesto inicial del Ministerio de Defensa se ha situado por debajo del 4,5% con respecto a la cifra total de techo de gasto. Un reflejo de que la política de defensa, incluida recordemos dentro de los servicios públicos básicos, no ha recibido prioridad. Una situación que como ha recordado el Secretario de Estado no es sostenible, ni desde el punto de vista de compromisos internacionales, ni desde el punto de vista de capacidad operativa, y tampoco para el desarrollo industrial.

La llamada al consenso político para aprobar el incremento necesario para garantizar los pagos, en cumplimiento de lo ordenado por el Tribunal Constitucional, elevaría ese porcentaje para situarlo en los niveles de 2010.Es un llamamiento a la necesaria atención a una política esencial y que se dirige tanto a los partidos de la oposición como a algún sector del propio gobierno. Sería una base desde la que remontar progresivamente para darcontinuidad a las políticas iniciadas en los años 90.