Israel & Irán, la nueva frontera del conflicto

(Especial Ceeag para Infodefensa) El pasado 7 de abril se produjo un ataque, aparentemente de carácter químico, en Guta Oriental Siria, donde se localiza uno de los focos rebeldes más activos durante los últimos años. Esta agresión habría sido ejecutada por el gobierno de Bashar al-Ásad. Estos hechos, reflejan que el conflicto se mantiene manifestándose a través de combates en diferentes frentes, considerando áreas urbanas inclusive. Los hechos demuestran el fortalecimiento del régimen sirio en el dominio de su territorio y la derrota progresiva de las diferentes fuerzas opositoras. Los avances de las tropas gubernamentales han ido consolidando una victoria militar, que se refleja en una retirada constante de las fuerzas rebeldes desde el centro y el norte del país.

Por otra parte, las denuncias de diferentes actores de la comunidad internacional sobre la ejecución de ataques con armamento químico, responsabilizando al régimen sirio de aquellos, han hecho reaccionar a Donald Trump y a Emmanuel Macron. El mandatario norteamericano ha sostenido que los ataques con armas químicas son acciones que sobrepasan el límite de lo tolerable por Washington, por lo que habrá una respuesta y nada se ha descartado al respecto. Por su parte, Macron ha otorgado su apoyo a dicha reacción norteamericana.

La Casa Blanca anunció que Trump ha cancelado su gira por Latinoamérica para enfocarse en la crisis Siria. Esta situación se contradice con los recientes anuncios de retirada de tropas desde este país por parte de Estados Unidos, lo que se explicaría por la gravedad de los hechos expuestos y la necesidad de la administración norteamericana de aunar criterios en torno a la figura presidencial en un momento de gran polarización interna.

A lo anterior, se suma el bombardeo a la base aérea T-4 (de Tiyas) cerca de la ciudad de Homs, que provocó la muerte de 14 personas, según fuentes locales. Damasco y Moscú han culpado a Israel por este ataque, que tiene como antecedente lo ocurrido en febrero de este año, cuando aviones israelíes atacaron la misma instalación. Según la agencia estatal de noticias siria SANA, citando una fuente militar, la agresión repelida por la defensa antiaérea fue ejecutada con misiles lanzados desde un F-15 israelí, que se encontraba en espacio aéreo libanés. Frente a este hecho, funcionarios hebreos sostuvieron que Irán estaba haciendo uso de dicha base como un centro de comando. De esta manera, estarían conteniendo el avance militar de Teherán en la zona, que se ha constatado a través de un aumento del personal militar iraní en Siria junto con la instalación de una base de esa nacionalidad. Dicha unidad militar, según fuentes de inteligencia occidentales, se ubicaría en una antigua instalación militar, a las afueras de EL-kiswah, 14 kilómetros al sur de Damasco, cerca de la frontera con Israel.

Los hechos descritos, junto con el control turco en el norte del país y un régimen sirio cada vez más dependiente de Teherán, configuran un escenario de mayor inestabilidad regional, ya que las fronteras entre Israel e Irán se están acercando en Siria, elevando la posibilidad de un conflicto a gran escala en la región.

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