La Fuerza Aérea Francesa ha graduado a sus primeros pilotos formados con el nuevo avión de entrenamiento PC-21, de la compañía suiza Pilatus Aircraft. Francia cuenta ya con 17 de los aparatos encargados en su programa de sustitución de aviones TB-30 Epsilon en la base aérea 709 Cognac-Châteaubernard y Alpha Jet en la de Tours. El PC-21 es el mismo modelo que España eligió el pasado noviembre para formar a sus pilotos, y del que está previsto que la primera de las 24 unidades adquiridas salga de fábrica a final de año.
La primera ceremonia de graduación de pilotos franceses formados con este aparato tuvo lugar el miércoles en la base Commandant Ménard, denominación tradicional de la 709 Cognac-Châteaubernard, y estuvo presidida por el jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire y del Espacio francés, el general Philippe Lavigne.
La Fuerza Aérea francesa inició en 2016 “un ambicioso programa para modernizar el entrenamiento de pilotos de combate”, como explican sus responsables en el comunicado oficial en el que ha anunciado esta graduación. El programa, denominado Fomedec (formation modernisée et entraînement des équipages de chasse, o entrenamiento modernizado y entrenamiento de tripulaciones de combate), culminó en el último trimestre de 2018 con la incorporación del nuevo avión, el Pilatus PC-21, elegido casi dos años antes para entrenar a los nuevos pilotos franceses.
La Fuerza Aérea Francesa contrató en 2016 a la compañía Babcock Mission Critical Services France (BMCSF) para dotarse de entre 21 y 25 de estos nuevos aviones, además de distinto material de formación en tierra, incluidos dos simuladores de misión y tres entrenadores, e infraestructura asociada. Este acuerdo, del que Pilatus Aircraft es subcontratista, convirtió a Francia en el segundo cliente europeo del PC-21, después de la Fuerza Aérea Suiza. El avión también fue anteriormente elegido por las fuerzas aéreas de Australia, que encargó 49 unidades a finales de 2015; Arabia Saudí, Catar, Emiratos Árabes unidos y Singapur.
El Pilatus PC-21 se impuso en el programa francés de búsqueda de un nuevo entrenador a otros modelos, como el italiano M-345, fabricado por Leonardo. También se contempló en su momento que competirían para hacerse con este contrato la compañía checa Aero Vodochody, con una versión modernizada de su avión a reacción L39; la británica BAE Systems, fabricante del también reactor Hawk, y el norteamericano Beechraft T6 Texan.
Los PC-21 franceses se emplean en la formación de los 290 pilotos de combate que deberán volar 250 horas cada uno al año, una parte en los propios Rafale, otra en simuladores y una tercera en el nuevo avión de entrenamiento, que cuenta en su cabina con un equipo de simulación del avión de combate. En él se trabajará para adiestrar a los pilotos en el vuelo de los Rafale en misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Los vuelos de alta intensidad se continuarán entrenando en los Alpha Jet de la Fuerza Aérea Francesa, de los que la mayoría de unidades van a ser retiradas. El resto serán mejorados para continuar formando pilotos hasta finales de la década de 2020.