La fragata noruega Helge Ingstad lleva desde marzo fuera de agua, tras el choque en noviembre contra el petrolero Sola TS que acabó hundiéndolo. Sin embargo, resulta difícil que pueda volver a operar. El coste de su recuperación para el servicio se estima en 12.000 millones de coronas (algo más de 1.200 millones de euros), casi tres veces más que lo que supuso su adquisición: 4.300 millones de coronas.
De momento, la extracción del buque del fondo del mar, tres meses después del accidente, ya ha supuesto un desembolso de 726 millones de coronas (más de 74 millones de euros), según el informe anual de las Fuerzas Armadas 2018.
Está previsto que este miércoles se presente un informe de evaluación de daños de la nave que concluye que “la construcción de una nueva fragata sería más barata” que la recuperación de la siniestrada, según avanza el diario noruego Bergens Tidende. El Helge Ingstad es uno de los cinco buques de la clase Fridtjof Nansen entregados a la Armada noruega entre 2006 y 2011 por la compañía española Navantia, por un valor estimado en 564 millones de euros por unidad, incluido el mantenimiento de la nave y el adiestramiento de sus tripulaciones. La cantidad reflejada por el presupuesto noruego para la adquisición exclusivamente de esta nave asciende a 4.300 millones de coronas (casi 440 millones de euros), de acuerdo con la agencia gubernamental rusa Sputnik.
De acuerdo con la fuente, el departamento de defensa noruego considera que encargar la producción de una nueva unidad para sustituir a la siniestrada tendría un coste demasiado alto por tratarte de un solo buque, que no tendría la reducción de costes aparejada a si se ordenasen varias unidades, que resultaría mucho más barato por nave. Textualmente, la Agencia de Material de Defensa Noruega estima en su informe: “Cuando se habla de los costos asociados con la construcción de una nueva fragata, es importante recordar que construir una sola es mucho más costoso que construir más”.
Las Fuerzas Armadas del país reconocen que la pérdida de la Helge Ingstad ha debilitado la capacidad de su Armada, que se ve obligada a aumentar la carga de trabajo a las cuatro fragatas restantes.
El accidente del KNM Helge Instad tuvo lugar el jueves 8 de noviembre en la costa oeste de Noruega cuando la nave regresaba de participar en los ejercicios de la OTAN Trident Juncture, que concluyeron el día anterior. El suceso se saldó con ocho y el buque hundido casi al completo. Únicamente quedó fuera del agua parte de la estructura donde se aloja el sistema Aegis SPY-1F de la nave y distintas antenas y sensores. Noruega logró extraer el buque a finales de febrero para estudiar su posible recuperación.