El veto alemán a la exportación militar limita sus alianzas en Europa

Las reacciones en contra de la congelación de las ventas de armas a Arabia Saudí decretada el pasado octubre por Berlín se suceden en el viejo continente. Empresas como Airbus se han unido a las críticas ya enunciadas en las últimas semanas por París y Berlín y amenazan con retirar los componentes alemanes de algunos de sus productos para poder sortear el veto. El parón alemán en las exportaciones de material militar al reino de Oriente Medio en marcha desde el pasado noviembre, tras la desaparición del periodista Jamal Khashoggi (presuntamente asesinado por agentes saudíes) y por la participación del país en la guerra de Yemen, afecta directamente a ventas en las que también participan otros países.

El suministro comprometido de 48 nuevos aviones de combate Eurofighter Typhoon a Riad por 10.000 millones de libras (más de 11.600 millones de euros al cambio actual) se encuentra en la diana de este asunto. La compañía británica BAE Systems, socia del consorcio Eurofighter junto a la franco-alemana y en menor medida española Airbus y la italiana Leonardo, es la encargada de sacar adelante este contrato que el veto de Berlín impide por implicar a fabricados alemanes.

Este es un ejemplo, hay más, hasta el punto de que la agencia de noticias Reuters recoge directamente que las últimas restricciones germanas a las exportaciones de armas “pueden convertir a Berlín en un paria de la Industria de defensa de Europa y amenaza el futuro de la colaboración en el desarrollo de armamento y sus propias aspiraciones de fomentar una política de defensa común europea”.

División interna

De momento los socios del Gobierno de coalición alemán, encabezado por la canciller Angela Merkel, están mostrando sus diferencias en este asunto. Mientras los conservadores, donde se encuadra la propia Merkel, temen que se esté poniendo en peligro a la industria y los empleos del país y están dispuestos a acercar su posición a Francia y Reino Unido. En cambio, los socialdemócratas del SPD, que forman la parte minoritaria del Gobierno, abogan por mantener las restricciones a Riad y llegar a un acuerdo de exportación más restrictivo. Entre sus argumentos, estos últimos esgrimen que la coalición gobernante acordó el año pasado detener las futuras ventas de material militar a los países involucrados en el conflicto de Yemen, lo que incluye directamente a Arabia Saudí.

En este contexto de división interna, Berlín se vio obligada este viernes a posponer la decisión sobre si extender o no el embargo más allá del próximo sábado (9 de marzo), que es la fecha establecida ahora, lo que preocupa a sus aliados europeos y a la industria. En este contexto, un portavoz de la industria europea consultado por Reuters define la situación como de “completo estancamiento” y reconoce que no se percibe “ninguna manera de resolver el problema en este momento”.

Medida cambiante

En los últimos años Alemania ha optado en distintas ocasiones por vetar sus exportaciones militares a Arabia Saudí a cuenta de las carencias en el respeto de los derechos humanos de este país. Se trata de una medida que Bertlín viene adoptando y echándose atrás periódicamente en los últimos años, y que afecta a uno de sus principales clientes de material militar, como ha venido informando Infodefensa.com.

Arabia Saudí lidera la coalición internacional que en 2015 inició una ofensiva contra los rebeldes hutíes en Yemen, en apoyo del Gobierno yemení, y que ya suma al menos 10.000 muertos. El otro lado del frente cuenta por su parte con el respaldo de Irán.