La profunda crisis que afecta a Venezuela desde hace siete años ha incidido, como es lógico suponer, en los planes de desarrollo de la Fuerza Armada Nacional, y, en consecuencia, es poco lo que muestra el balance anual en referencia a equipamiento y expansión de la institución militar.
Los esfuerzos, por lo tanto, se centraron en la recuperación de materiales y equipos que se encontraban fuera de servicio y en el mantenimiento de los existentes. En el plano conjunto, fueron recuperados decenas de vehículos tácticos multipropósitos 4x4 Emsoven Tiuna, de fabricación nacional, principalmente, pertenecientes al Ejercito, mientras que la Infantería de Marina y la Aviación Militar negociaron con la estatal Empresa Mixta Socialista de Vehículos Venezolanos S.A. (Emsoven), la puesta a punto de los suyos.
En cuanto a despliegue operacional, la Fuerza Armada realizó, en el primer semestre del año, el ejercicio militar conjunto Escudo Bolivariano 2020, que se llevó a cabo en varios escenarios y modalidades e incluyó el lanzamiento de misiles antibuque contra blancos en el mar, específicamente, un MBDA Otomat Mk 2 desde la fragata Almirante Brión (F-22) de la Armada, y un Kh-31 desde un avión de combate Sukhoi Su-30Mk2, de la Aviación Militar.
También hay que hacer mención, al apoyo brindado por los cuatro componentes militares en la atención de la emergencia nacional generada por la pandemia del Covid 19.
El Ejército venezolano adelantó un proceso de “activación, composición y estructuración” de un nuevo tipo unidad táctica denominado Batallón de Infantería Reforzado, y creó cuatro de estos batallones. Además, puso en funcionamiento un Centro Textil para la producción de prendas militares y un Centro de Producción de Activos Digitales para la elaboración de criptomonedas en tiempo real.
Durante 2020, no se conoció sobre adquisición o incorporación de nuevos sistemas de armas y materiales; sin embargo, el Comando Logístico, a través del Servicio de Armamento y el Servicio de Transporte, procedió al mantenimiento y recuperación de equipos, entre otros, vehículos blindados de las serie Giat (actual Nexter) AMX13M56VTT, y las de origen ruso BMP-3 y 6x6 BTR-80; así como de obuses autopropulsados 2S19M1 Msta-S de 152/L47 mm y camiones tácticos Beiben de la serie 6x6 2629.
La Armada no registró mayores novedades en el transcurso de 2020, siendo, posiblemente, el hecho más noticioso el hundimiento del buque patrullero Naiguatá (GC-22), tipo Avante 1400 / clase Guaicamacuto, al ser abordado por un barco de pasajeros de bandera portuguesa en un incidente aun no aclarado del todo.
En lo que respecta a la recepción de nuevos equipos, se informó sobre la dotación a las unidades operativas de aeronaves remotamente tripuladas Mavic Air, producto de la empresa china SZ DJI Technology Co., Ltd. (DJI), y a la Infantería de Marina de lanzagranadas múltiples Milkor MGL Mk.1 de 40 mm.
Por su parte, el Comando de Guardacostas retornó al servicio, luego de estar tres años inoperativo, al patrullero Albatros (PG-33), de la clase USCG Point, tras someterlo a un proceso de mantenimiento mayor y actualización.
La Infantería de Marina recibió, además, los primeros 13 vehículos blindados anfibios repotenciados de la serie 6x6 Engesa EE-11 Urutú, así como decenas de morteros remolcados Thales MO-120-RT-61 de 120 mm, recuperados. Mientras que la Aviación Naval adelanta el mantenimiento mayor, reparación y recuperación de helicópteros Mi-17V-5, Agusta/Bell AB-412ASW y Bell 412EP.
La Aviación Militar continuó centrada en el mantenimiento mayor y actualización de sus aviones de combate Sukhoi Su-30MK2, trabajos contratados, en 2019, a la empresa rusa Rosoboronexport.
Del mismo modo, precedió a la recuperación de aeronaves que tenían largo tiempo inoperativas, entre otras, un avión de transporte táctico Lockheed Martin C-130H Hercules y un helicóptero Airbus AS532AC Cougar.
Además, procedió a la inauguración del Centro de Entrenamiento Aeronáutico N° 63, del Grupo Aéreo de Transporte N° 5, para tripulaciones de aeronaves de transporte.
La Guardia Nacional fue el único de los cuatro componentes militares que experimentó una expansión en cuanto a nuevas unidades. En ese orden, fueron activados siete destacamentos, unidades tácticas equivalentes a un batallón, de los cuales seis son orgánicos de dos comandos de Zona con jurisdicción en estados fronterizos con Brasil y Colombia, y uno de uno localizado en la región central del país.
Por lo demás, el Comando de Vigilancia Costera procedió al mantenimiento mayor y recuperación de no pocas de sus embarcaciones, principalmente patrulleros Derecktor clase Punta Barima y lanchas rápidas Boston Whaler 37' Justice, Pro Line, Ucocar G-25 y C & W Industrial 26’, 30’ y 35',