(Infodefensa.com) Por Peter Watson, Lima – La reciente adquisición por parte de la Fuerza Aérea del Perú de dos aeronaves de transporte C-27J Spartan, fabricadas por la corporación italiana Alenia Aermacchi, por sobre el ya tradicional competidor C295 de Airbus Military, ha despertado interés a nivel internacional. En tiempos en que los presupuestos del sector Defensa en Europa y Estados Unidos están sometidos a severo escrutinio y restricciones financieras, la selección de una aeronave de mayor costo inicial de adquisición por parte de un país que en las últimas décadas ha invertido menos en sus fuerzas armadas que países con menores recursos públicos ha llamado la atención de propios y extraños, a tal punto que el ministro de Defensa del Perú, Pedro Cateriano, ha tenido que sustentar la compra ante la Comisión de Defensa Nacional del Congreso de la República, a la que asistió acompañado por miembros oficiales de la comisión técnica encargada de organizar, evaluar y seleccionar la aeronave que ha de servir de medio de transporte de alcance medio para la Fuerza Aérea del Perú (FAP) en los próximos 25 años.
Comprados hacia finales de la década de 1970, la FAP recibió un total de 16 ejemplares del Antonov An-26. Entre 1984 y 1987, tres aeronaves Antonov An-26 pertenecientes a la FAP sufrieron serios accidentes que involucraron la lamentable pérdida de las tripulaciones y en el último caso, en la ruta Lima-Iquitos, también la muerte de los 40 pasajeros a bordo. En el mes de diciembre 2012, un An-26 perteneciente a la aerolínea comercial local Amazon Sky sufrió un accidente fatal en la ruta Lima-Cusco (Las Malvinas) con la muerte de los cuatro tripulantes. Los An-26 equipan dos motores Ivchenko AI-24T de 2.820-HP de potencia cada uno.
Debido a los accidentes ocurridos y la evidente carencia de potencia de los motores del An-26 para remontar con seguridad la Cordillera de los Andes, el alto mando de la FAP decide retirarlos de servicio y adquirir otra aeronave de transporte. Es entonces que el gobierno peruano decide adquirir los An-32 equipados con dos motores AI-20D de 5,180-HP cada uno, potencia suficiente pero que preservaba las mismas limitaciones de carga que su antecesor. De acuerdo al ministro Cateriano, los An-32 fueron adquiridos en contra de la opinión técnica de la FAP que le interesaba mejores prestaciones de carga. El fuselaje largo y angosto no se prestaba para tales propósitos, descripción que curiosamente se asemeja a la cabina de carga del Airbus Military C295, la más larga del segmento, dicho sea de paso.
Los tres institutos armados y la Policía Nacional del Perú han sido y son operadores del An-32, aunque los oficiales FAP presentes en la Comisión de Defensa aseguran que únicamente un ejemplar sigue operativo en su institución.
Al aproximarse el fin de la vida útil de los aviones de fabricación ucraniana con más de 20 años de servicio operativo, la FAP decide solicitar su reemplazo y adquirir nuevos medios tácticos de transporte aéreo de alcance medio. Durante cuatro años, especialistas militares de la institución han evaluado aeronaves, tanto en simuladores como en vuelos de prueba realizados en España, Italia y en diversos puntos del Perú. Los candidatos evaluados de mejores prestaciones eran el C295 (de inicios comerciales, ya adaptado para misiones militares) y el C-27J Spartan (diseñado desde un inicio para las fuerzas armadas).
En base al estudio de mercado realizado se establecieron los Requerimientos Técnicos Mínimos, incluyendo para ello la data obtenida en los vuelos de prueba efectuados en Perú, país de geografía complicada y con la necesidad de cruzar muy frecuentemente la Cordillera de los Andes para atender las necesidades tanto de la institución como de las poblaciones civiles en Sierra y Selva. La gran mayoría de vuelos implica el cruce de montaña.
La operación segura más la capacidad de carga fueron los criterios fundamentales del proceso de selección de un total eventual de 12 unidades. Son invitadas las empresas EADS-CASA (Airbus Military), Alenia Aermacchi y Antonov.
En relación al C295, los oficiales de la FAP indican que presenta problemas de potencia para operar efectivamente desde aeródromos de altura. No cuenta con potencia de reserva para misiones seguras, teniendo en cuenta que en Perú hay más de nueve aeropuertos por encima de los 12 mil pies. Los dos motores del C295 generan 2.645-SHP cada uno, potencia menor a la del An-26, que como hemos indicado, ha sufrido accidentes fatales en rutas del país, incluso recientemente con mejores sistemas de navegación disponibles.
El C-27J integra dos motores con 4.637-SHP cada uno y el ministro Cateriano considera esta característica como el principal motivo para la selección del avión de origen italiano. El funcionario agregó que el Perú necesita comprar aviones y helicópteros con gran potencia en sus motores debido a sus características geográficas, lo que no significa -por ningún motivo- un mal diseño de las otras aeronaves, sino que simplemente no encajan con los requerimientos técnicos de la FAP, que ya ha perdido valiosas vidas precisamente por las deficiencias de potencia del An-26.
La exposición de oficiales FAP ante la Comisión de Defensa indica que el C295 presenta inconvenientes que limitan su capacidad de carga en altitud y que una menor carga implica mayor número de vuelos con el consecuente mayor costo operativo. Considera un error retornar a aviones con escasa potencia en sus motores en un país con pistas cortas, a gran altitud y temperaturas extremas. Agrega que las deficiencias del C295 cobran notoriedad al tratarse de vuelo con un solo motor.
Además la cabina de 1.90 metros del C295 es únicamente dos centímetros mayor a la del An-32, lo que contrasta con los 2.60 metros de altura de la cabina del Spartan. Estas limitaciones del An-32 obligaba el innecesario uso de aviones Hércules, por ejemplo durante el terremoto de Pisco en el año 2007, donde una aeronave de las características del C-27J hubiera resultado fundamental para las misiones post-desastre natural.
Los oficiales FAP apoyando su exposición con una presentación multimedia, continuaron diciendo que el C-27J tiene capacidad para transportar vehículos Humvee, helicópteros Bell 212, ambulancias e incluso los equipos de arranque para los aviones de combate MiG-29 y Su-25, algunos de estos con alturas de unos 2.48 metros.
En relación al costo de vuelo, la FAP fue enfática al indicar que el costo operativo no se obtiene por hora de vuelo sino por misión. El costo de hora-vuelo de un An-32 es de 10.068 soles, del C-27J es de 9.353 soles y del C295 es de 6.155 soles, una clara ventaja para el avión español, sin embargo, los vuelos de prueba realizados en Perú sirvieron precisamente para esclarecer los costos reales de cada aparato, es decir los costos de misión.
LA FAP proyectó una misión para transportar 20 toneladas de carga desde Lima a la ciudad de Juliaca ubicada en el departamento de Puno a poco más de 3.800 metros sobre el nivel del mar, con un tramo de retorno a Lima. El C295 no puede realizar un vuelo directo a Juliaca porque debe volar sobre la costa para ganar altitud y pasa la Cordillera a baja cota. El C-27J en cambio vuela directo y sin ninguna restricción hacia Juliaca, elevándose hasta los 27 mil pies. El An-32 también puede volar directo aunque presenta limitaciones por consumo de combustible, lo que requiere de escala en Arequipa en el tramo de retorno al no haber facilidades de recarga en Juliaca, otro de los problemas existentes (escasos puntos de recarga de combustible) en el Perú y que favorecen al Spartan, que no necesita de recarga, puede embarcar su capacidad total de combustible para cumplir la misión encomendada gracias a su reserva de potencia y además cuenta con una sonda de reabastecimiento.
Desde el aeropuerto de Juliaca, el C295 puede despegar con 2.5 toneladas de carga y el C-27J con cuatro toneladas. El C295, como indica el fabricante, cumple con sus tablas de performance para altura, tiene capacidad para despegar y volar en altitud, pero con limitaciones de carga que entran en conflicto con los requerimientos técnicos particulares de la institución aeronáutica peruana.
Adicionalmente, durante las pruebas de Drift Down (un motor apagado sobre terrenos de altura), el C295 se estabilizó a 16 mil pies y los Andes presenta obstáculos a 17 mil pies. El C-27J se estabiliza a 18 mil pies, cumpliendo con los requerimientos internacionalmente aceptados para operación segura sobre terreno montañoso. Los oficiales de la FAP concluyeron que el C295 no es seguro para operaciones sobre los Andes en el Perú, por lo que la institución tendría inconvenientes para operar desde Jauja, Cajamarca, Andahuaylas y Cusco, entre otras ciudades.
El costo de misión del C295 durante esta prueba fue de 203 mil soles, que se compara con los 137 mil soles del C-27J.
Alenia Aermacchi ofrece en el paquete de compra de dos aviones Spartan, soporte logístico para mil horas de vuelo por avión o dos años de operaciones, repuestos, entrenamiento, kits para misiones de ambulancia aérea, búsqueda y rescate y equipos NVG para operación nocturna, muy importante al no tener iluminación buena parte de los aeródromos del país suramericano. El tiempo de entrega fue reducido de 18 a 15 meses, la oferta económica final representa un ahorro de 9.16% o unos nueve millones de euros y el contrato cuenta con la garantía de cumplimiento del gobierno italiano.
De acuerdo a la FAP, Antonov presentó inicialmente una propuesta de overhaul de los aviones An-32, a un costo de 7,5 millones de dólares por unidad, lo que implicaba ampliar su vida operacional por aproximadamente diez años, lo que no encajaba con los requerimientos. Luego anuncia la oferta de modernización hacia la variante An-32RE pero no la concreta ante la institución. La opción final de la empresa ucraniana fue presentar los An-148T y An-178 (aún en desarrollo) pero tampoco la concretaron.
Pedro Cateriano también afirmó –de forma enfática- que ni el Ministerio ni la Fuerza Aérea ha privilegiado propuesta o empresa alguna, que las propuestas se han evaluado en base a estrictos criterios técnicos y económicos, y que los evaluadores han participado con absoluta probidad. Lamentó también las versiones aparentemente interesadas de cierto sector de la prensa, a quienes responsabilizó no solamente de afectar la honorabilidad de los militares peruanos, sino de obstaculizar muy seriamente la modernización militar de las fuerzas armadas peruanas.
Foto: Alenia Aermacchi