Paznic: así es el destacamento español de Eurofighter que vigila el Mar Negro
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Paznic: así es el destacamento español de Eurofighter que vigila el Mar Negro

Foto: Ejército del Aire
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En casi dos meses de operación de Policía Aérea de la OTAN en Rumanía, los seis Eurofighter del Ejército del Aire español llevan ya unas 200 misiones entre salidas reales y ejercicios de entrenamiento. Esto implica en torno a 400 vuelos, puesto que las salidas siempre se hacen por parejas. En total, el destacamento Paznic ha consumido hasta la fecha un millón de kilos de combustible y ha realizado alrededor de 65 inspecciones a las aeronaves y al material desplegado que incluye armamento real.

Estas cifras ponen de manifiesto que los cazas españoles y los 130 militares del contingente no están de paseo por el Mar Negro y también reflejan las horas de trabajo, muchas veces silencioso, que hay detrás de cada despegue y aterrizaje. Tanto los pilotos y los aviones, los principales protagonistas, como los mecánicos, armeros, personal de seguridad o ingenieros, la parte menos visible, pero igualmente importante, forman un solo equipo perfectamente engrasado que a la postre garantiza el éxito de cada misión.

Infodefensa.com ha tenido la oportunidad conocer en profundidad cómo es el trabajo del destacamento de la mano de tres de sus componentes: el capitán José Manuel Martínez Álvarez, piloto de Eurofighter; el capitán Víctor Manuel Triana Jiménez, jefe de la Escuadrilla de Revisión y Reparación; y la teniente ingeniero Tamara Martín Sandaza, jefa de la Sección de Ingeniería.

"Según la normativa, en quince minutos tenemos que estar en el aire desde que suena alarma", explica Álvarez, piloto con 1.400 horas de vuelo en Eurofighter. Un día normal, detalla, comienza con un briefing, la revisión de la meteorología y el estado de las pistas y la actualización de la situación en el mar Negro. Después, en los barracones se comprueba el estado de los Eurofighter y se espera a que suene la alarma. "Si al final no ha habido alarma es habitual hacer una salida de entrenamiento", apunta.

El destacamento cuenta con diez pilotos que componen el servicio de alarma, activo las 24 horas del día, los siete días de la semana. Una pareja de pilotos siempre está en guardia para entrar en acción si resulta necesario. Los turnos tienen una duración de 24 horas. La gran diferencia respecto a las misiones de este tipo que pueden realizar en España es que aquí siempre vuelan dos aviones y, para ello, hay que hacer un adiestramiento previo.

En el momento que suena la alarma se activa la misión, conocida como alfa scramble. "Estamos en nuestro barracón, suena la alarma, salimos corriendo, y, prácticamente, desde que arrancas hasta que estas en el aire tienes muy poca información, un vector, un rumbo, una altura, y un perfil. Te dan una traza, interceptas la traza, y te quedas una posición a unos cuatro kilómetros. Y, ahí, podemos empezar a identificar el tipo de aeronave que es. Una vez en esa posición el centro de control de Bucarest ya nos dice si nos tenemos que acercar más o no", relata Álvarez.

La comunicación con el avión no se produce hasta que el mando lo ordena. Por lo general, los pilotos a bordo del caza efectúan una interceptación visual e incluso pueden tomar una fotografía de la aeronave si se requiere, y ya si el avión entra en las doce millas de aguas territoriales de Rumanía tocaría intervenir, es decir, establecer comunicaciones e ‘invitar’ a cambiar el rumbo. En muchos casos, la misión ha terminado en apenas 20 minutos, aunque depende de las circunstancias se puede extender hasta las tres horas fácilmente. Álvarez, con nueve años de experiencia en Eurofighter, también destaca el excelente rendimiento de este caza. "La evolución del avión ha sido espectacular, funciona muy bien".

Equipo de mantenimiento

En tierra firme, el equipo de mantenimiento garantiza que cada avión esté siempre listo. El capitán Triana está al frente de la Escuadrilla de Revisión y Reparaciones del Eurofighter. Esta unidad, formada unas 70 personas, más de la mitad del contingente, cuenta con un área de reparación de aviones; un área de armamento, que gestiona el municionamiento y la seguridad de las cargas; y una sección de lanzamiento y recuperación, en la que se encuentra el personal de pista que está cerca de cada avión en el despegue y aterrizaje.

"Tenemos personal muy experimentado que ha participado en las misiones de policía aérea de Estonia y Lituania", destaca Triana, con más de diez años de experiencia en el mantenimiento del Eurofighter. Antes del despliegue, detalla, el personal de mantenimiento hace un estudio exhaustivo de la misión y establece un número de horas de vuelo que el avión tiene que hacer sin pasar por el taller para una revisión importante. "En este caso son 100 horas", comenta. El equipo de mantenimiento es como él mismo reconoce "el gran desconocido". "Es cierto que lo más visual es ver un avión despegar, pero detrás hay un grupo muy grande de gente".

El Eurofighter está dividido en sistemas (hidráulicos, eléctricos, soporte de vida, armamento...) que tiene su propio calendario de revisiones y necesitan personal especializado. El plan de mantenimiento es complejo, sin embargo, la mayor parte de las tareas se hacen antes de salir de casa, en este caso, en el Ala 11 de Sevilla. "Los trabajos se planifican y acometen antes de venir y, una vez aquí, apenas interferimos en la operación", señala. "Llevamos alrededor de 65 inspecciones y la fuerza aérea apenas se ha dado cuenta".

Casi todas las inspecciones son visuales. Algunas son sencillas como comprobar que la cúpula del avión cierra correctamente y tiene visibilidad o que el gancho en caso de emergencia está disponible. Pero también se revisa, por ejemplo, "las entrañas del motor" con un equipo especializado. "Si detectamos algún problema entraríamos en detalle, el avión pasa a un hangar y en un turno de 24 horas tiene que estar listo", apunta.

Como buen conocedor del Eurofighter y sus sistemas, Triana subraya que "el avión ha tenido un crecimiento exponencial en cuanto a mejoras de 2014 y 2015 a la actualidad, venimos demostrando que el avión es muy operable".

ITV antes del despliegue

La teniente Sandaza ofrece más detalles sobre los trabajos de mantenimiento. "Durante la preparación para el despliegue, hicimos un chequeo absoluto del estado de las aeronaves se revisaron potenciales y los partes, se hizo una puesta a punto y se renovaron los certificados de aeronavegabilidad equivalente a la ITV del coche", explica. "También se efectuaron pruebas funcionales, en hangar y en línea, más las prueba en vuelo, para que las aeronaves vinieran al 100%", agrega.

La principal misión de esta ingeniería, curtida en el Ala 48 de Madrid, es dar soporte al mantenimiento, para que todos los trabajos se lleven a cabo cumpliendo con los estándares de calidad, y apoyar en las tareas más complejas. Uno de los retos de esta misión, comenta, ha sido adaptarse a las condiciones meteorológicas y mantener los aviones operativos en temporales de nieve que han durado hasta cuatro días. "El tiempo no es el mismo que en Sevilla".

Sandaza está en contacto con el Ala 11 para solucionar aquellos imprevistos que escapan al día a día. Respecto al Eurofighter, remarca lo dicho por sus compañeros. "En las misiones que se realizan aquí la aeronave mantiene unos estándares de calidad espectaculares. No tiene nada que ver con otras aeronaves con las que he trabajado".

Los seis Eurofighter y el contingente regresarán el próximo 31 de marzo a su base de Morón de la Frontera (Sevilla). El repliegue, como todo, está planeado al milímetro desde prácticamente el primer día. La tradición marca que el nombre de Paznic acompañará ya a los futuros despliegues del Ejército del Aire en esta misión de la OTAN.



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