Un total de 19 militares españoles, 17 del Ejército del Aire y dos de la Armada, participan en el programa Alianza de Vigilancia del Suelo (AGS, Allied Ground Surveillance) de la OTAN que operará cinco aviones remotamente tripulados Global Hawk desde la base italiana de Sigonella en Sicilia.
Esta es probablemente el despliegue más desconocido de las Fuerzas Armadas en el exterior. El programa está financiado por 15 países de la Alianza Atlántica. España quedó al margen de la adquisición de los sistemas, sin embargo jugará un papel importante en la operación, mantenimiento y análisis de la información captada por el sistema. La participación española en esta parte operativa y logística ronda el seis por ciento, solo superada por Estados Unidos, Alemania e Italia.
El primer avión, fabricado por la compañía estadounidense Northrop Grumman, llegó a las instalaciones aliadas de Sigonella a finales del pasado mes de noviembre, como publicó Infodefensa.com, y el segundo lo hizo hace unos días. Los RPAS operarán desde esta base en misiones solicitadas por la OTAN o por cualquier otro países aliado.
Una vez las aeronaves estén plenamente operativas, serán 33 los militares españoles en el proyecto. España aportará pilotos, operadores del radar del dron y analistas de inteligencia. Estos últimos serán responsables de analizar las imágenes tomadas por el aparato e identificar posibles objetivos. Además, dos militares formarán parte del equipo que estará listo para el despliegue del sistema allá donde sea requerido por los países aliados. La aportación española se completa con personal dedicado al área logística, no menos importante, especializado en el mantenimiento, comunicaciones, transporte y suministro de los equipos.
“Impresiona ver un avión de ese tamaño aterrizar solo”, explica el coronel del Ejército del Aire Juan Carlos Raimundo Martínez destinado en el programa. Los primeros vuelos serán a principios de 2020, pero, como detalla el oficial español, detrás de este hito hay años de trabajo de formación en estrecha colaboración con la US Air Force y las empresas contratistas.
Este adiestramiento ha sido impartido por Northrop Grumman, como fabricante del aparato, y Airbus y Leonardo, responsables del centro de operaciones terrestre. El personal de la Usaf desplegado en Sigonella también ha colaborado en la etapa formativa.
Esta aeronave HALE (siglas en inglés que indican que es capaz de operar a gran altitud y durante largos periodos) actuará principalmente en misiones de protección de fuerzas terrestres, gestión de crisis, seguridad marítima y fronteriza, y asistencia humanitaria.
Los socios de esta compra, valorada en 1.700 millones de dólares, incluidas las correspondientes estaciones de control en tierra, son Bulgaria, República, Checa, Dinamarca, Estonia, Alemania, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia y Estados Unidos. La OTAN tiene previsto tener a pleno rendimiento sus cinco Global Hawk en suelo europeo en 2025
Aunque la adquisición de los RQ-4D es financiada por esto quince miembros, los 28 socios de la Alianza Atlántica serán propietarios y operadores de forma colectiva los cinco sistemas. Todos ellos tendrán acceso a los datos que proporcionen y se beneficiarán de la inteligencia derivada de sus misiones de vigilancia y reconocimiento.