El campo de maniobras de San Gregorio en Zaragoza, uno de los más extensos de toda Europa, es el escenario elegido por el Ejército de Tierra para poner a prueba en operaciones militares el 5G, una tecnología clave para la transformación digital que aspira a revolucionar a medio plazo las comunicaciones y el mando y control y acelerar la toma de decisiones en el campo de batalla.
El proyecto, revelado en el Foro de Toledo a finales del año pasado, ha dado un paso importante esta semana con la firma de un acuerdo entre los ministerios de Defensa y Transformación Digital para desplegar la red de comunicaciones 5G en el centro de adiestramiento. La inversión prevista es de 15 millones de euros, a través de los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
El departamento que dirige Margarita Robles destaca que el proyecto servirá para desarrollar tecnologías relacionadas con la encriptación, ciberseguridad y protección de datos, al tiempo que ofrece una oportunidad para dinamizar e impulsar las empresas del sector.
España es uno de los países que lidera actualmente la tecnología multinacional 5G en el ámbito de la OTAN que ha despertado el interés de otras naciones, convirtiéndose en escaparate internacional de la transformación digital de Defensa y de las Fuerzas Armadas.
El Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire y del Espacio tienen en marcha media docena de proyectos para la implantación de redes 5G principalmente en bases militares, en los que participan empresas como Telefónica, Accenture, Amper o Vodafone. El Ejército de Tierra, por ejemplo, estrenó a mediados de 2024 su primera red privada 5G en los talleres del acuartelamiento de San Cristóbal (Madrid) y en el Parque y Centro de Mantenimiento de Helicópteros (Pcmhel) de Colmenar Viejo (Madrid).
"Puedo afirmar que no habrá en Europa muchos campos de maniobras con estas capacidades", afirmó la ministra de Defensa. Por su parte, el ministro de Transformación Digital, Óscar López, subrayó que este tipo de proyectos demuestra la apuesta "por una soberanía tecnológica que cubra también la protección de los ciudadanos".
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