El año que concluye ha estado plagado de dificultades para Bolivia. La confrontación abierta entre el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales contribuyó a agudizar la crisis económica y política que viene afectando a la nación sudamericana en los últimos años.
En medio de esa turbulencia, el 26 de junio se produjo una insurrección militar encabezada por el comandante general del Ejército y a la que se sumaron sus pares de la Armada y la Fuerza Aérea, aunque sin consecuencias inmediatas para la estabilidad del Gobierno.
Ante tal estado de cosas, es de suponer que varios de los planes anunciados por las Fuerzas Armadas, en particular los referentes a adquisiciones, se hayan retrasado, como es el caso de dos helicópteros para la atención de emergencias cuya compra se autorizó en diciembre de 2023.
Fronteras e incendios forestales
Al igual que años anteriores, las Fuerzas Armadas bolivianas se vieron obligadas a enfrentar el contrabando a lo largo de sus fronteras, y a atender los devastadores incendios forestales que azotaron parte del país en meses pasados y que, para su extinción, demandaron recursos humanos y materiales.
En relación a la seguridad fronteriza, fue suscrito el Convenio de Cooperación Económica y Técnica entre la República Popular China con el Estado Plurinacional de Bolivia, que consiste en la donación de, aproximadamente, 14,5 millones de dólares, destinados a financiar el Proyecto Asistencial de Equipamiento para el Control Fronterizo del país andino.
Unidades y equipamiento
Durante 2024 no hubo mayores novedades en cuanto a activación de unidades y equipamiento en las tres ramas de las Fuerzas Armadas. Según informó el ministro de Defensa en su rendición de cuentas, la ejecutoria de presupuesto estuvo dirigida, principalmente, a obras de construcción y fortalecimiento de la infraestructura cuartelaría y de la institución armada.
En relación al Ejército, lo más destacado en cuanto a incorporación de nuevos materiales, fue la de vehículos aéreos remotamente tripulados Yunee H520E y de equipos para comunicaciones por vía satelital.
Por su parte, la Fuerza Aérea reactivó el Grupo Aéreo 67 General de Brigada Aérea Alberto Alarcón Daza, dependiente de la II Brigada Aérea, con el fin de “‘ejercer un adecuado control sobre el área estratégica al sur del país”. Como dotación inicial, la unidad recibió un bimotor Piper PA-34 Seneca y un monomotor Cessna T210N Turbo Centurion. Además, fue incorporado un helicóptero Robinson R44 Raven II, de nueva adquisición, al Grupo Aéreo de Entrenamiento 22.
Finalmente, la Fuerza Aérea, tras realizar el mantenimiento programado, devolvió a la línea de vuelo varias aeronaves, incluidos un avión de transporte Lockheed Martin C-130H Hercules y dos Neiva T-25 Universal y tres Zlin Z-242L, de entrenamiento.
Helicóptero Airbus H145 de la Fuerza Aérea levantando vuelo con helibalde Bambi Bucket para extinguir incendios. Firma: Presidencia de Bolivia