Los cazas Gripen suecos siguen los pasos de los F-16 y ya se preparan para dotar a Ucrania

Los aviones de combate JAS 39 Gripen, fabricados por la firma sueca Saab, ya van tomando posiciones para acabar dotando a las fuerzas de Kiev en su lucha frente a Rusia, que en febrero de 2022 comenzó su intento de invasión de Ucrania. De momento, Estocolmo ha incluido repuestos de estos aparatos en el último paquete de ayuda militar al país en guerra, anunciado esta misma semana.

El objetivo es preceder un potencial envío posterior de los cazas de este modelo, de modo que el Gripen seguiría, como avión de combate de desarrollo occidental, los pasos de los F-16 que Países Bajos, Dinamarca, Noruega y Bélgica se comprometieron a enviar a Ucrania, y cuyas primeras unidades de hecho ya han comenzado a operar este verano sobre los campos de batalla ucranianos.

La mitad de los algo más de 400 millones de euros (4.600 millones de coronas suecas) en la que está valorada la citada ayuda se corresponde con piezas para los Gripen C/D. Se trata, por tanto, de elementos de estos aviones valorados en 2.600 millones de coronas (200 millones de euros).

De momento, según ha informado el Gobierno sueco, aún no se ha ultimado el suministro de los aviones en sí para no interferir con la llegada prioritaria de los F-16, de los que está previsto que se envíen 95 unidades a Kiev, incluidas diez como fuente de repuestos.

37 unidades potenciales

En total, Suecia cuenta actualmente con una flota de 97 cazas de las versiones C y D del Gripen, a los que se corresponden las piezas ahora previstas para Ucrania, y que el país nórdico había previsto sustituir por la nueva variante E. Sin embargo, Estocolmo optó por mantenerlos tras la invasión rusa de Ucrania y trazó un plan que prevé contar con una flota de 120 Gripen en 2030, de los que la mitad deberán corresponderse con la versión más moderna.

De este modo, unos 60 C y D continuarán previsiblemente operativos para entonces y los 37 restantes deberán darse de baja, por lo que son susceptibles de quedar disponibles para suministrar a Ucrania, como estima la cabecera estadounidense The War Zone. Si bien algunos podrían acabar empleándose en tareas de entrenamiento para la fuerza aérea sueca.