La larga sombra rusa que alcanza principalmente a los países del noroeste de Europa está cambiando notablemente la forma en que estas naciones acometen su defensa. Todos ellos han emprendido una notable carrera de incremento de los gastos de defensa, hasta elevarlos en cifras próximas o por encima al 3% (cuota que la OTAN plantea proponer para el futuro en la próxima cumbre de junio), y todos ellos han optado por salir de la Convención de Ottawa y volver a emplear minas antipersona para defender sus fronteras. Finlandia era el único de estos países que quedaba por adoptar esta última medida, y lo acaba de anunciar. Al mismo tiempo, Helsinki ha revelado su propuesta para llegar al 3% de su PIB en gasto militar.
Finlandia emplea actualmente el 2,41% de su PIB en defensa, de acuerdo con los datos de la OTAN, lo que ya le sitúa entre los países europeos de la Alianza Atlántica que más dinero destina a estas partidas y que tienen fronteras con Rusia. Se trata de Polonia, con un 4,12% de su PIB dedicado a defensa; Estonia, con el 3,43%; Letonia, con el 3,15%, y Lituania, con el 2,85%. Helsinki, que es de todos ellos la que comparte más kilómetros de fronteras con Rusia (unos 1.340 kilómetros), dejará por tanto de ser el que menos cuota de su economía emplea en gasto militar de estos países.
Todos ellos, además, han optado por salir de la Convención de Ottawa. Los otros cuatro (Polonia, Estonia, Letonia y Lituania) ya adelantaron hace unas semanas la medida a la que ahora se suma Helsinki.
Con la adhesión de Finlandia a esta decisión se completa el club de países europeos fronterizos de Rusia que abandonan el compromiso contra las minas antipersona. Las otras dos grandes naciones del viejo continente que también limitan con los rusos son Ucrania, que Moscú lleva tratando de doblegar desde que comenzó su ataque masivo en febrero de 2022, y Bielorrusia, que actúa como aliado del Kremlin.
Resistir una guerra a gran escala
El encargado de proponer el incremento del gasto de defensa finlandés ha sido su ministro de Defensa, Antti Häkkänen. El planteamiento va en línea con las conclusiones de un informe de defensa del Gobierno del país, en el que se advierte de la amenaza que supone Rusia, por sus aspiraciones políticas y el desarrollo de sus capacidades militares, informa Janes.
En este marco, el objetivo de Finlandia es prepararse para resistir una guerra a gran escala durante varios años, empleando recursos nacionales y como parte de la OTAN, a la que el país se ha unido recientemente tras décadas de una neutralidad con la que en buena medida pretendía no importunar a Rusia .Ahora, el temor a este país le está llevando incluso a plantearse permitir el paso de armas nucleares por su territorio.