El próximo diciembre está marcado en rojo en el calendario de la artillería del Ejército de Tierra español. Ese mes está prevista la llegada del prototipo del nuevo Sistema de Lanzacohetes de Alta Movilidad (Silam), un programa con un presupuesto de 700 millones de euros, liderado por las empresas españolas Escribano y Rheinmetall Expal Munitions.
Este prototipo llegará a partir de diciembre al Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Campaña nº63 del Mando de Artillería de Campaña (MACA), con sede en Astorga (León). Así lo confirma el último número del Memorial de Artillería, una publicación oficial del Ejército de Tierra con noticias, vicisitudes y perspectivas del arma.
El programa implica mucho más que la compra de un simple lanzacohetes. El contrato incluye doce vehículos lanzadores con POD/jaulas intercambiables sobre ruedas y sus respectivos vehículos de municionamiento con la misma movilidad; dos vehículos de recuperación; 16 vehículos de alta movilidad para puesto de mando y reconocimiento; cuatro radares multifunción; y cuatro sistemas UAS de altas prestaciones. Asimismo, el programa contempla la formación del personal operador y especialista; lanzadores para enseñanza en la Academia de Artillería y la Academia Logística, medios de instrucción, adiestramiento y simulación, así como el apoyo logístico inicial.
En cuanto a las municiones, el abanico del que dispondrá el sistema abarca desde cohetes de entrenamiento con alcance de entre 7 y 15 km, hasta cohetes guiados de hasta 300 km, pasando por otras municiones que alcanzarán los 35 y los 150 km, respectivamente, con ojivas de fragmentación o de penetración.
La firma del contrato se produjo en diciembre de 2023. Por lo tanto, las primeras entregas, si se cumplen los plazos, llegarían justo un año después. El MACA ha constituido un grupo de trabajo operativo, liderado por el Ralca 63, para apoyar a la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) en la definición de las características finales de los medios incluidos en el programa.
La llegada del Silam permitirá a la artillería del Ejército de Tierra recuperar la capacidad cohete que el arma perdió en 2011 con la retirada del sistema Teruel.
Programa Silam
El sistema elegido es el PULS, un lanzacohetes diseñado por la israelí Elbit Systems. El programa contempla la transferencia de tecnología para la fabricación tanto de lanzacohetes como de munición en España por parte de Escribano y Rheinmetall Expal Munitions. Esta última compañía cerró en marzo un contrato para la fabricación de la munición, como recogió Infodefensa.com.
El Ministerio de Defensa prevé la compra de un lote inicial de 680 cohetes. En concreto, el programa recoge la adquisición de 288 cohetes guiados con alcance de 35 km (144 de fragmentación y otros 144 de penetración), más 16 pod de lanzamiento; 112 cohetes guiados de hasta 150 km (56 de fragmentación y 56 de penetración, y 28 pod; 64 cohetes de hasta 300 km (32 de fragmentación y 32 de penetración), más 32 pod; y 216 cohetes de entrenamiento con alcance de entre 7 y 15 km.
El sistema de fuego, es decir, el lanzador y la munición, junto con los accesorios que permiten la operación, tiene un importe de 414,2 millones (con impuestos), el sistema radar sale por 76,7 millones y los RPAS por 204,6 millones.
Plan industrial
El plan industrial establece la fabricación por parte de Escribano de los elementos mecánicos, la hidráulica y la electrónica del lanzador, pods y estabilizadores, así como la integración de sistemas blindados, sus estaciones de armas remotas y kits de munición guiada. Mientras, Expal estará al frente del desarrollo de los cohetes. También participan otras empresas españolas como GMV que trabaja en la integración del nuevo sistema lanzacohetes en el sistema de mando y control de artillería Talos del Ejército de Tierra o Iveco España que pone la plataforma, en este caso, un camión 8x8. Además, está previsto involucrar a otras compañías como el consorcio misilístico SMS.