El comandante general de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), general Carlos Enrique Chávez Cateriano, ha anunciado que la FAP canalizará sus recursos presupuestales a la compra de aviones caza y postergará la adquisición de aviones de entrenamiento avanzado (LIFT, Lead-In Fighter Training) para preservar capacidades de primera línea.
A pesar de las restricciones presupuestales, la Fuerza Aérea del Perú ha estudiado las opciones que le ofrece el mercado internacional para reemplazar el A-37B Dragonfly y el Aermacchi MB-339, destacando como opciones al FA-50 Golden Eagle de Korea Aerospace Industries (KAI), el M-346 del conglomerado italiano Leonardo Company; y el Yakovlev Yak-130 del conglomerado ruso United Aircraft Corporation (UAC).
Sin embargo, el Yak-130 ha sido descartado como eventual candidato LIFT por la Fuerza Aérea del Perú, y si bien en entrevista con la prensa especializada el general Chávez Cateriano no brindó mayores detalles, muy probablemente han influido las restricciones que experimenta la industria de la defensa rusa como producto de la invasión a Ucrania y las subsecuentes sanciones que múltiples países occidentales le han impuesto; es decir, las dificultades en el suministro de repuestos para aeronaves de origen ruso como los helicópteros Mi-17, por ejemplo.
En cuanto a la aviación de caza, la FAP espera tener el reemplazo del MiG-29 y Mirage 2000 para el año 2028, como máximo para el 2030, habida cuenta de que los actuales vectores de caza acumulan 40 años en sus fuselajes, y teniendo en cuenta además que son los Mirage 2000 los que se mantendrán en servicio activo por más tiempo.
Según informó Infodefensa, la FAP ha previsto la implementación de una licitación pública internacional para la adquisición de su siguiente avión de caza para los próximos meses. Aún no se ha dado a conocer si el instituto armado peruano apunta a tener uno o dos tipos de plataformas de combate aéreo, teniendo gran aceptación como potenciales candidatos el Rafale (Dassault Aviation) y el KF-21 (Korea Aerospace Industries).
De esta manera, se orientan las capacidades presupuestales disponibles a satisfacer las necesidades más urgentes de la Fuerza Aérea en cuanto a capacidades críticas.
Avión de entrenamiento avanzado Yak-130. Foto: Rosoboronexport