Ángel Olivares es desde hace poco más de un mes el presidente de la Fundación Feindef, la entidad formada por el Ministerio de Defensa y las asociaciones Tedae y Aesmide, que organiza la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (Feindef) en Madrid.
Secretario de Estado de Defensa en la primera etapa de Margarita Robles en el Ministerio, Olivares conoce perfectamente la industria de defensa española, la gran protagonista de Feindef que calienta ya motores para la cuarta edición en mayo de 2025. Infodefensa.com ha tenido la oportunidad de charlar con él sobre el sector de la defensa, las oportunidades que ofrece el contexto internacional complejo y las novedades de la próxima edición de Feindef.
Usted ha sido secretario de Estado de Defensa y conoce muy bien el sector, ¿cómo ve a la industria de defensa española?
La industria de defensa española es modélica. El sector ha soportado la crisis de 2008 con una reducción importante de los presupuestos de defensa y se ha fortalecido a través de la exportación. En este momento, más del 78% de la facturación de la industria de defensa es producto de la exportación a más de 70 países, lo que pone de relieve la calidad. La industria española también ha construido un marco de colaboración que permite liderar grandes proyectos internacionales, a pesar de una dimensión reducida. El sector está en 74 de los 101 proyectos financiados por el Fondo Europeo de Defensa. Tenemos talento y tecnologías de vanguardia y somos líderes en algunos nichos importantes y altamente competitivos. La industria de defensa afronta los próximos años con grandes esperanzas de continuar creciendo y fortaleciéndose para ser un actor muy importante a nivel europeo.
Falta menos de un año para la celebración de la cuarta edición de Feindef. El panorama internacional es bastante complejo, con dos conflictos que sobresalen, Ucrania y Gaza. ¿Este contexto incierto es un aliciente para participar en ferias como Feindef?
Sí, sin duda. El mundo está convulso desde hace años, se ha puesto más de relieve por los conflictos de Ucrania y Gaza. Pero la necesidad de una defensa y una disuasión eficaz y creíble siempre ha estado ahí. Ahora se ha puesto de manifiesto la necesidad de tener recursos industriales que garanticen la disponibilidad de los medios cuando son necesarios. Ahí había un gran déficit. Buena prueba de ello es que la Unión Europea tras la invasión rusa de Ucrania ha incrementado la capacidad de producción de munición en torno a un 50%. Teníamos una avanzada tecnológica y equipos muy modernos, pero había dificultades para contar con un ecosistema industrial suficientemente preparado para dar respuesta a demandas intensas con la magnitud que han exigido los conflictos. La estrategia industrial de defensa europea pone el foco en esa necesidad de un ecosistema empresarial con capacidad de responder a las demandas de los países.
Los conflictos bélicos actuales, como Ucrania o Gaza, muestran la necesidad de continuar modernizando la capacidad disuasoria de las Fuerzas Armadas, de las españolas y de las del conjunto de los países aliados de la OTAN, para mantener esa ventaja tecnológica y la disuasión real y creíble. Estos conflictos a su vez han puesto de manifiesto también la necesidad de incrementar nuestro tejido industrial. Necesitamos que exista una capacidad de reacción pronta ante las necesidades de las Fuerzas Armadas. Por lo tanto, existe la necesidad de reindustrializar Europa para incrementar la capacidad de producción y disponer de sistemas de armas con prontitud. Esto supone también un incentivo más para participar en la edición de 2025.
¿Hasta qué punto es clave la internacionalización del sector?
Me parece fundamental. Merece la pena dar algunos datos. El primer productor mundial, Lockheed Martin, factura aproximadamente 59.000 millones de euros, lo que significa que el conjunto de la facturación de toda la industria en España supone en torno al 12% de lo que factura una sola empresa. Toda la facturación del sector en España es alrededor del 55% de lo que factura la primera empresa europea, Leonardo, lo que refleja que uno de los problemas de la industria de defensa en España es la fragmentación. Este problema también existe en el ámbito de la Unión Europea: la primera empresa mundial factura como el conjunto de las diez primeras empresas de Europa. Así que esto demuestra la necesidad de que la industria española se agrupe, y la europea también, a través de los diferentes procedimientos, fundamentalmente la colaboración y los consorcios. La estrategia industrial de defensa europea marca que en 2030 el 40% de todos los proyectos deben ser europeos. También es importante incrementar los proyectos comunes y que la industria de defensa participe en condiciones de igualdad como en el FCAS y además es importante incrementar la capacidad de compra de los diferentes países. Los presupuestos en defensa de los países de la UE han crecido, sin embargo, el 73% del volumen de compras se ha hecho en países de fuera de la UE. Esto hay que revertirlo.
¿Ve al sector español preparado para liderar proyectos a nivel europeo?
Por supuesto, el sector ya lo está haciendo. En el avión europeo de sexta generación, el FCAS, España participa en igualdad de condiciones que Francia y Alemania y está además en 74 proyectos del EDF, como decía. La industria de defensa española ha demostrado capacidad sobrada para participar en los proyectos europeos; necesitamos seguramente aumentar la colaboración e incrementar el tamaño en algunas ocasiones. El Ministerio de Defensa trabaja en la definición de las capacidades industriales estratégicas de España y debe proteger los activos industriales y a su vez debe estimular la colaboración interempresarial.
¿Qué retos tiene el sector de defensa en España?
Las asignaturas pendientes giran en torno a varios ejes. La industria debe continuar con el proceso de modernización tecnológica; debe también de incentivar aquellas tecnologías que permitan el desarrollo sostenible de cara al futuro; y además debe incrementar su capacidad industrial, España no alcanza el objetivo del 20% del PIB en el sector industrial. No hay que olvidar que la industria de defensa en España es el sector industrial que más recursos destinó en innovación en 2022 con el 12% de la facturación. Es una característica consustancial de la industria de defensa. El sector es estratégico para España; no solo es imprescindible para la Defensa Nacional, sino también en el desarrollo industrial y en el progreso.
Ha hablado de la fragmentación del sector, ¿es un punto débil?
La Unión Europea destina muchos recursos a la defensa, pero existe una gran fragmentación. En Europa hay muchos sistemas de armas diferentes, eso no es económicamente beneficioso. Solo el 18% de todas las compras de los diferentes estados son colaborativas. Y también hay proyectos futuros sólo a escala nacional. Es necesario agruparse frente a las amenazas globales que no tienen una adecuada respuesta exclusivamente en el ámbito nacional. O colaboramos o no contribuiremos a que la defensa nacional sea una defensa eficaz.