El pasado 7 de junio, el grupo armado organizado Estado Mayor Central (disidencias de las FARC-EP) atacó al comando de la Policía y al Batallón de Infantería No.7 del Ejército en la ciudad de Popayán (sur occidente del país). Los hechos se produjeron a las 4:50 pm y no se registraron víctimas policiales, militares o civiles.
En este sentido, el ministro del interior, Luis F. Velasco, indicó: “Se trata de dos acciones de terrorismo, no se les puede llamar de otra manera. Tenemos que confirmar la autoría, pero uno puede imaginar de dónde vienen este tipo de ataques”.
El empleo de estos sistemas para acciones terroristas había sido advertido por el Comando General de las Fuerzas Militares el pasado 20 de marzo. En la oportunidad, el organismo envió una directriz donde advertía a todas las unidades del Ejército acerca de la posibilidad de ataques con drones contra tropas, bases, instalaciones o medios y por parte de las disidencias y reincidencias de las FARC (EMC y Segunda Marquetalia).
Medios comerciales
Estos grupos terroristas utilizan medios comerciales para cometer este tipo de actos, entre ellos drones de los tipos DJI Technology Co Mavic 3 Pro, con dropping kit instalados (como sistema de lanzamiento de objetos) que abraza el fuselaje y libera la carga con una interfase en el RC. Estos drones tienen un Mtow de 1.150 gramos lo que les permite cargas útiles de hasta 300 gramos.
Según la opinión del experto Javier Miranda, estas organizaciones están fabricando granadas hechas con materiales livianos (especialmente plásticos), usando envases PET con sus respectivos iniciadores con explosivos y metrallas para lanzarlas sobre sus objetivos.