El proyecto de Carro de Combate Principal Europeo (EMBT por sus siglas en inglés), que en 2018 presentó KNDS en la feria de defensa parisina de Eurosatory, no será, de momento, tan europeo. KNDS, formada por las antiguas compañía alemana Krauss- Maffei Wegmann (KMW), de Alemania, y Nexter Systems, de Francia, ha revelado que no van entrar más países al programa, al menos por ahora. De este modo el MGCS, como es conocido igualmente este programa por las siglas en inglés de Sistema Principal de Combate Terrestre, continuará limitándose a su carácter franco-alemán.
La empresa alemana Rheinmetall y la francesa Thales también forman ya parte de la iniciativa. El objetivo es que cada una de las cuatro implicadas (estas dos junto a la división alemana de KNDS y la francesa de la misma compañía) cuenten con una participación del 25%. Este es el plan contemplado por los gobiernos de los dos países, según la información facilitada por la división francesa de KNDS al portal estadounidense Defense News. De este modo, la posible entrada de la italiana Leonardo, que Roma ha estado contemplando durante meses, no va a tener lugar, al menos por ahora, ni tampoco la de otros países que también han expresado su interés en formar parte de este desarrollo,
Con esta estrategia parecen quedar también en agua de borrajas las declaraciones que el ministro de Defensa de Francia, Sébastien Lecornu, realizó hace menos de dos semanas, durante la firma del pacto de trabajo industrial compartido franco-alemán para este programa, en las que se refirió a la inclusión de nuevos socios al proyecto. Algo que, a su juicio, según apuntó en ese momento, resultaría una forma de fortalecer Europa. En todo caso, Lecornu ha insistido en que resultaría “natural que Italia pudiera participar en este proyecto para un futuro carro de combate”, aunque se descarta que esto pueda ser posible ahora. De este modo, los responsables del proyecto parecen tratar de no dificultar el complicado reparto de tareas entre las empresas implicadas con la incorporación de más participantes de otros países, ya que este es un punto muy delicado, sobre el que se ha trabajado con mucha tensión.
Lo contrario al FCAS
Sobre este asunto parecía incidir Lecornu durante la citada firma del acuerdo industrial, el pasado 30 de abril, al referirse al ejemplo del Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS), en el que ambos países, junto a España, también trabajan de forma conjunta para la obtención de un caza de nueva generación, y una serie de desarrollos relacionados. En ese caso, detalló el ministro francés, se ha llegado en ocasiones a alcanzar acuerdos entre las industrias antes de conocer las impresiones de las fuerzas aéreas de los tres países implicados. Es la vía inversa a la prevista ahora en el MGCS, donde lo que se busca es un proyecto impulsado a partir de las necesidades evidenciadas por los respectivos ejércitos.
Safrán y Hensoldt, también
Además de las empresas citadas, también participan en el programa la francesa Safran y la alemana Hensoldt. El cronograma previsto contempla la adjudicación de los primeros contratos a principios de 2025.
La información facilitada por la empresa al medio norteamericano sí contempla que el proyecto se abra finalmente a otras naciones en el futuro. Pero, aclara, “en este momento, el programa MGCS es exclusivamente franco-alemán”, y ya están designadas “las empresas francesas y alemanas responsables”.
Ocho pilares
Para avanzar en los trabajos, la iniciativa se dividirá en ocho pilares. El primero está protagonizado por la plataforma, incluye chasis y navegación automatizada y lo lidera Alemania. El segundo es el pilar de fuego principal, compuesto por el cañón, la torre y la munición, y lo encabezan los dos países socios. El tercero, liderado por Francia, se refiere al concepto de armas innovadoras, lo que contempla el armamento secundario, incluidos misiles guiados. El cuarto pilar es el de los sistemas a bordo, como los necesarios para comunicaciones, mando y combate, y se reparte también entre ambos países. El quinto es el de simulaciones, igualmente asignado a Francia y Alemania. Los sensores, que conforman el sexto pilar, quedan en manos de Francia; mientras que el de protección global (séptimo), donde se incluyen las defensas contra drones, es para Alemania. Finalmente, el octavo pilar está dedicado a las denominadas infraestructuras, e incluye apoyo y logística, entre otros, con desarrollos de los que se encargarán ambos países.