Nuevo contratiempo en la licitación del Vehículo Militar de Transporte Táctico (VMTT) para sustituir a los vehículos todoterreno Aníbal y también los Nissan en servicio. El Ejército de Tierra ha comunicado la suspensión otra vez del proceso tras presentar una de las empresas participantes un recurso, el tercero desde el lanzamiento del contrato hace ya un año.
El anuncio de la paralización se produce después de la adjudicación a finales de marzo del contrato a Iturri, que presentó al concurso el Peugeot Landtrek. El recurso ha sido presentado ante el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) por la otra compañía en liza, TSD (Technology & Security Developments), dentro de los quince días que da el órgano de contratación a las empresas para recurrir, antes de la firma. La firma manchega, hay que recordar, acudió a la licitación con el Ford Ranger. La consecuencia directa es la suspensión de todo el proceso, a la espera del fallo. En principio, habrá que esperar alrededor de dos meses para conocer la decisión del tribunal.
La licitación comenzó formalmente en julio de 2023, aunque el Ejército de Tierra publicó los pliegos con las características que debería cumplir el nuevo vehículo unos meses antes, en marzo del año pasado. La primera paralización llega en agosto. La empresa Ingeniería de Sistemas de Ensayo e Industriales (INSEI) presenta ante el TACRC un recurso al considerar que las garantías económicas exigidas eran “absolutamente desmesuradas”. El tribunal lo acaba desestimando en octubre.
El proceso ya estaba en marcha con cuatro ofertas admitidas: Iturri, TSD, Santana Motors-Auto Olsan y Ssangyong España. Esta última argumenta que no puede cumplir los plazos y se retira al final. Durante el último trimestre de 2023 tienen lugar las pruebas en los vehículos presentados por las otras tres empresas.
Tanto Iturri como TSD pasan el corte, sin embargo, la renacida Santana, fabricante del Aníbal, queda excluida. Según la mesa de contratación, su vehículo presentó un “colapso de la parte trasera” que hacía imposible el enganche del remolque. Santana decide recurrir en enero de este año y argumenta una avería en el prototipo. El TACRC desestima en febrero el recurso de Santana que da por bueno el informe del Ejército donde se concluye que el problema no es la avería sino más bien que el vehículo no cumple con los requisitos técnicos fijados en los pliegos.
La balanza se decantó al final del lado de Iturri por el apoyo logístico. Iturri presentó una oferta de 600 puntos de apoyo, mientras que la propuesta de TSD solo llegó a los 150 puntos. En todo caso, el resultado final fue muy ajustado: 80,06 puntos para Iturri y 76,5 para TSD, por lo que hay margen para la sorpresa.
Programa VMTT
El contrato con un presupuesto de entrada de 217 millones de euros contempla adquirir hasta 4.500 vehículos militares todoterreno tácticos (VMTT) con una capacidad de carga de al menos 900 kg en los próximos cuatro años con opción a una prórroga de otros dos. El objetivo, o más bien el desafío, es sustituir a los vehículos Aníbal adquiridos a la extinta Santana a principios de este siglo que nunca llegaron a cumplir realmente con las necesidades de las FFAA. Se calcula que todavía quedan en servicio en torno a 2.000 vehículos de este modelo destinados principalmente al transporte en el interior de los acuartelamientos y para trayectos por carretera.
El contrato también busca de paso retirar varios modelos de vehículos Nissan muy veteranos que todavía siguen operativos. El valor estimado asciende hasta los 315 millones de euros al incluir la posible prórroga mencionada.
El Ministerio de Defensa apunta que los nuevos vehículos serán utilizados en cometidos tácticos alejados “de actividades inherentes al combate” para “la vida y funcionamiento en territorio nacional, así como para la preparación de los contingentes a proyectar a misiones en el extranjero”.
Los nuevos VMTT llegarán al Ejército de Tierra, y también al Ejército del Aire y del Espacio, la Armada y la Guardia Civil. El objetivo es adquirir, según los pliegos del contrato, “una plataforma base, una gama de vehículos, que permitan obtener sinergias, consiguiendo así facilitar la logística y reducir los costes logísticos del material. Es por ello que es imprescindible que la comunalidad entre las diferentes versiones y variantes sea máxima, admitiendo solamente aquellas variaciones que, debido a su distinto diseño, capacidades, dimensiones, etc., no puedan ser resueltas mediante elementos comunes”.