El Consejo de Ministros ha dado luz verde a dos programas de compra de misiles por un montante conjunto de 580 millones de euros como parte del proyecto de rearme de las Fuerzas Armadas derivado de las lecciones aprendidas tras la invasión de Ucrania. Dos nuevos programas, la compra de misiles Patriot por un lado y la del Naval Strike Missile (NSM) por otro, fueron aprobadas ayer bajo el modelo del acuerdo marco por 400 millones de euros en el caso de los Patriot y por 180 millones en el caso de los NSM.
Según se ha explicado desde el Consejo de Ministros, “la adquisición de misiles y componentes del sistema Patriot es necesaria para asegurar el mantenimiento del sistema, sustituyendo los componentes desactualizados, al objeto de garantizar la seguridad del espacio aéreo nacional, así como para para cumplir los compromisos asumidos por España en el seno de la OTAN”.
El el caso de los NSM, el Consejo de Ministros aseguró que “la adquisición de este tipo de misiles antibuque es necesaria para asegurar la operatividad de las fragatas de la Armada, así como para sustituir el modelo actual, cuyo ciclo de vida está próximo a finalizar. Además, es coherente con futuros proyectos europeos en los que España participa”.
Las claves del programa Patriot
La adquisición de los misiles Patriot fue autorizada por EEUU a primeros de octubre, como publicó infodefensa.com, en la configuración 3+ y por un precio para cuatro baterías de 2.660 millones de euros.
El programa español contemplaba inicialmente la actualización de los lanzadores de las tres baterías en servicio en el Ejército de Tierra a la configuración 3+ y la compra de la última versión del misil Patriot Advenced Capacibility-3 (PAC-3MSE).
Todos los lanzadores, tanto los modernizados como los nuevos, serían adaptados e integrados en los vehículos pesados Iveco en servicio en las Fuerzas Armadas. Los nuevos misiles son de menor tamaño, pero con una tecnología a bordo que aumenta de manera significativa su grado de precisión respecto de versiones anteriores. Están concebidos para lograr impactar y derribar misiles balísticos a una distancia superior a los 100 kilómetros.
Patriot en el Ejército de Tierra
El Ejército español tiene en la actualidad tres baterías de misiles Patriot PAC-2 en la configuración 2+, con seis lanzadores M901 cada una (18 en total), en servicio en el Grupo Patriot -situado en Marines (Valencia)- del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 73.
España adquirió la primera batería Patriot a Alemania en 2004, que llegó al Ejército un año más tarde. Una década después, el Ministerio de Defensa español compra las otras dos de segunda mano también a su homólogo alemán, para poder cumplir con los compromisos adquiridos en la cumbre de la OTAN de 2014.
En junio de 2015, Tierra recepcionó las dos baterías junto con diversos elementos como la Central de Control e Información (ICC), vehículos portadores, material de comunicaciones y elementos logísticos. El ICC cuenta con una tecnología capaz de gestionar cualquier amenaza aérea y combatirla con el lanzador más apropiado en cada momento.
Una de las tres baterías está desplegada de forma permanente en la misión Active Fence de la OTAN en Turquía que protege a la ciudad de Adana de posibles ataques con misiles balísticos procedentes de la vecina Siria. El componentes del sistema Patriot son la estación de control de empeño, la planta de suministro de energía, el radar AN/MPQ-53, con un alcance de entre 70 y 130 km, y el lanzador con capacidad de poner en el aire de forma simultánea entre cuatro y 16 misiles -según el modelo- con un alcance superior a los 100 km.
Principales mejoras de la configuración 3+
El misil PAC-3 cuenta con dos grandes novedades respecto a su antecesor. La primera es que incorpora un seeker o buscador activo que permite al propio misil iluminar el blanco. La segunda es la tecnología Hit to Kill (golpe para destruir). La destrucción del objetivo se produce por la colisión directa de la cabeza de guerra del misil Patriot, en vez de explotar en las proximidades y proyectar metralla, el método utilizado por el PAC-2.
La liberación de energía que se produce con el impacto directo es mayor en el caso del PAC-3. Este aumento de energía lleva implícito una mayor capacidad de destrucción del objetivo, así como una mayor probabilidad de dañar las submuniciones que pudiera portar en su interior la cabeza de guerra. Esta tecnología evita la creación de fragmentos procedentes de la cabeza de guerra del misil enemigo objetivo y los efectos no deseados por la dispersión de las armas que pudiera portar.
La modernización permitirá también incrementar sustancialmente la capacidad de poner en el aire misiles. El Ejército pasará de un lanzador M901 con capacidad para cuatro misiles Patriot PAC-2 al lanzador M903, que puede llevar cualquier modelo de Patriot actualmente en servicio. Su característica principal es que puede montar hasta 12 PAC-3 MSE.
La configuración 3+ además incluye modificaciones en el software para que reconozca los misiles del PAC-3 y en los componentes electrónicos para aumentar el rendimiento interno de los equipos. El radar, por su parte, aumenta el rango de exploración de los 90 a los 120 grados e incorpora mejoras en la clasificación, discriminación e identificación de los blancos; la potencia; la memoria RAM; y el empleo en condiciones de lluvia.
NSM: el futuro misil antibuque de la Armada
En España, la Armada ha seleccionado el misil NSM de KDA para sustituir al misil Harpoon cuando éste sea retirado del servicio activo. La previsión es dotar con el NSM tanto a las fragatas F-100 -tras la actualización de media vida- como a las nuevas fragatas de la clase F-110 y también en los submarinos S80, que de esta manera podría lanzar dos misiles antibuque: el NSM y el sub Harpoon.
El astillero español destaca que "en virtud del presente memorando, Navantia y Kongsberg (51% empresa pública noruega), fomentarán la colaboración conjunta en los misiles NSM en las unidades navales actuales y futuras, con el objetivo último de proporcionar las mejores soluciones a las Fuerzas Armadas españolas y noruegas".
Misil NSM
El NSM, con alcance superior a los 185 km, sustituirá a los misiles antibuque Harpoon en servicio en la Armada, que serán retirados en torno a 2030, de acuerdo con los planes actuales. El misil noruego también ha sido elegido recientemente por otros países europeos como Reino Unido, Países Bajos y, más recientemente, Polonia.
A finales de 2022, el Gobierno español dio luz verde al Ministerio de Defensa a un contrato con un presupuesto de 125 millones de euros. Por el momento, desde el departamento que dirige Margarita Robles no han hecho público el número de misiles y equipos asociados que incluye el pedido. La previsión es que la fecha de entrega del NSM coincida con la recepción en 2027 de la primera fragata F-110.
Características técnicas
Con este misil, las fragatas de la Armada obtendrán además la capacidad de realizar ataques selectivos a objetivos en tierra. El NSM cuenta con un sistema de navegación con GPS militar y un altímetro láser que le permiten sobrevolar tierra haciendo lo que se conoce como Comparación de Terreno. En este modo, adquiere el blanco con el mismo sistema de identificación por imágenes que emplea contra buques.
Se trata de un misil de última generación y una velocidad de 0,9 Mach. El NSM selecciona su objetivo mediante un novedoso sistema de identificación inteligente de imágenes infrarrojas que emplea unas sofisticadas cámaras y procesa las imágenes con un complejo algoritmo de reconocimiento del objetivo.
Este sistema le permite discriminar al blanco deseado entre otros buques o señuelos y sortear cualquier obstáculo que se encuentre en su trayectoria, lo que evita impactos ciegos o adquisiciones de blancos no deseados, cuestión de vital importancia, resalta la Armada, en un arma del tipo “dispara y olvida” como son los misiles antibuque.
Su fuselaje, con diseño furtivo y materiales que absorben la radiación, junto con su perfil de vuelo roza olas, hacen de este misil un blanco muy difícil de detectar y neutralizar. Destaca también su capacidad de generar daños en el objetivo gracias a una cabeza de combate de alto explosivo revestida con una carcasa de titanio y una espoleta de última generación configurable según el nivel de penetración en función del blindaje y los daños deseados en el blanco.