Cumbre en Beijing: el Tercer Foro de la Ruta de la Seda
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Cumbre en Beijing: el Tercer Foro de la Ruta de la Seda

Cumbre beijin
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El martes 17 de octubre el presidente Putin aterrizó en Beijing para participar del Tercer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional. La apertura se realizó el miércoles 18 en el gran Salón del Pueblo y asistieron más de ciento cuarenta países y más de treinta organizaciones internacionales. Se mantuvieron muchas reuniones pero fué la reunión de Putin con Xi la que más atrajo la atención.

Los dos jefes de estado conversaron sobre las perspectivas estratégicas, la cooperación entre ambas potencias, la ruta de la seda y, por supuesto, la crisis en medio oriente con Palestina e Israel. Putin subrayó que “las amenazas comunes solo refuerzan la cooperación entre ambos países” y que “en el futuro cercano los primeros ministros de los dos países firmarán un plan de cooperación bilateral hasta el 2030.”

La Ruta de la Seda

El discurso de Xi dio además la perspectiva estratégica de la llamada Ruta de la Seda, que es un gran plan de inversiones a nivel global, pero que supone una visión más allá de las propuestas meramente económicas, del concepto de la democracia y comprende una visión del desarrollo de la humanidad. Y, por supuesto, en su ejecución, supone también un mapa de alianzas globales que lo hagan posible, así como los instrumentos económicos y financieros necesarios. Según el gobierno chino este evento “demuestra la influencia de China y la iniciativa de la Ruta de la Seda que en los próximos diez años podrá convertirse en la comunidad más grande y la plataforma multilateral más importante para el desarrollo y la gobernanza mundial.” Según prensa china, en el siguiente paso “se mantendrán las inversiones pero diversificando la fuente de fondos alentando y atrayendo más fondos de capitales privados de dentro y fuera de China, con el propósito de internacionalizar el yuan” y “promover proyectos basados en las características de varias regiones en diferentes continentes”. Además, en estos momentos de gran tensión mundial, Xi destacó un plan de inversiones globales para impulsar la economía. Es en este marco que deben tomarse las palabras de Putin acerca de una alianza estratégica y es la misma razón por la cual Estados Unidos ve en China un contendiente con capacidad de competir a nivel global, la razón de fondo de la actual disputa.

Los ocho medidas.

En su discurso, Xi Jinping describió ocho medidas para impulsar la ruta de la seda siendo las tres primeras las más importantes.

En primer lugar, China construirá “una red multidimensional” que, junto con otros asociados, será “un nuevo corredor logístico a través del continente euroasiático conectado mediante transporte directo por ferrocarril y carretera.” China “dará un nuevo impulso al desarrollo de alta calidad del Ferrocarril Expreso China-Europa, participará en el corredor de transporte internacional transcaspio y será el anfitrión del Foro de Cooperación Ferroviario Expreso China-Europa".

En segundo lugar, “China apoyará una economía mundial abierta, y se espera que su comercio total de bienes y servicios supere los 32 billones de dólares y los 5 billones de dólares, respectivamente, en el período 2024-2028.”

En tercer lugar, la instrumentación de lo anterior. China piensa llevar a cabo una cooperación práctica, promoviendo tanto proyectos emblemáticos como programas de medios de vida "pequeños pero inteligentes”. En su plan, Xi prometió más apoyo financiero pero “sobre la base del mercado y la operación comercial”, señalando que “el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación de China establecerán cada uno una ventana de financiación de 350.000 millones de yuanes (48.750 millones de dólares), y que en una ventana adicional se inyectarán 80.000 millones de yuanes al Fondo de la Ruta de la Seda.” Como se ve, China no sólo piensa en los fondos sino también en los instrumentos propios para llevarlo a cabo, y que ya funcionan plenamente, dado que, como parte de su estrategia global, se empeñó en desarrollar los instrumentos económicos y financieros necesarios a través del Foro de Shangai y otros instrumentos similares. En un claro intento de atraer fondos de inversión privados, se refirió al sistema de “dos ventanas”; según funcionarios del gobierno chino "las dos ventanas de financiación anunciadas por el presidente desempeñarán un papel crucial a la hora de movilizar más financiación internacional para los proyectos y, al mismo tiempo, ofrecerán una forma abierta y transparente que podría invitar a más naciones a la construcción conjunta de la Ruta". Ejemplificando esta cooperación entre el estado y los fondos de inversión utilizando los instrumentos de que ya dispone, y adaptándose a la realidad regional, se señala que "algunas naciones de Medio Oriente pueden tener fondos sustanciales pero canales de inversión limitados. Pero esta propuesta puede permitirles encontrar una manera de invertir y al mismo tiempo ofrecer ayuda a aquellos que necesitan capital con urgencia". Esta forma de canalizar la inversión tiene un doble propósito; por un lado “han sido diseñadas para resaltar la transparencia y la internacionalización de los fondos de capital” y por otro se pretende atraer más fondos de capital de todo el mundo, impulsando además la internacionalización del yuan, en franca competencia con el dólar. China considera que este plan trae beneficios para todos: "aunque algunas élites políticas y medios de comunicación occidentales están siendo hostiles hacia la ruta de la seda, apenas podemos escuchar críticas de las empresas occidentales. ¿Por qué? Porque también están ganando dinero con ella. Muchos proyectos están abiertos a la participación internacional con transparencia y equidad".

En cuarto lugar, se compromete a seguir cuidando el medio ambiente y promover el desarrollo verde.

En quinto, se dedica a la tecnología, implementando un plan de acción de cooperación en ciencia, tecnología e innovación. Punto muy importante es la Iniciativa Global para la Gobernanza de la Inteligencia Artificial (IA). Hoy no existe esa gobernanza, y el tema es como puede afectar el desarrollo de la humanidad y la necesidad de establecer un consenso y reglas para su desarrollo.

Los puntos sexto y séptimo se refieren a los intercambios y la necesidad de la transparencia. Para ello se publicará los logros y las perspectivas de la ruta de la seda, estableciendo “un sistema de evaluación de i9ntegridad y cumplimiento para las empresas que participen”. Es claramente una apuesta a la mejora en la calidad y la transparencia del proceso, así como a su institucionalización.

Como corolario, en octavo lugar, China “fortalecerá la construcción institucional para la cooperación internacional de la ruta de la Seda. China trabajará con sus países socios para fortalecer la construcción de plataformas de cooperación multilateral que cubran energía, impuestos, finanzas, desarrollo verde, reducción de desastres, anticorrupción, grupos de expertos, medios de comunicación, cultura y otros campos.”

La dimensión política

La viabilidad de este planteo depende de su viabilidad política, no sólo de las medidas económicas y financieras. Es en este sentido que cobra relevancia el sistema de alianzas que lo posibilite, en primer la alianza con Rusia, que se considera estratégica, pero también el resto de los países involucrados en la Ruta de la Seda. Punto aparte merece la India y la región del Indo-Pacífico. La situación actual, que comprende la guerra de Ucrania y ahora el estallido del conflicto en Palestina, así como el telón de fondo que es la disputa con Estados Unidos por la hegemonía, condicionan y obligan a hacer ajustes en el desarrollo del proceso, que no será lineal. Pero de todos modos China logra exhibir una estrategia global y un camino a seguir. Para decirlo en palabras de los propios chinos: "la Ruta y la franja de la Seda todavía enfrenta muchos desafíos nuevos, incluidos los desafíos geopolíticos causados por la contención y la hostilidad de los EE. UU. y su sistema de alianzas, los cambios provocados por la nueva revolución tecnológica, las nuevas presiones sobre el calentamiento global y el cambio climático, y el terrorismo y la agitación. China debería mejorar su capacidad para responder a estos riesgos”.

Kissinger establecía varia etapas en la construcción del orden mundial: a partir de los acuerdos de Westfalia, se pudo establecer un orden europeo, orden que, con variantes, se mantuvo hasta la segunda guerra mundial cuando a su fin se estableció el actual orden mundial, regido sobre todo por Estados Unidos. La mundialización conlleva la necesidad de establecer un orden global, que ahora está diseñándose. China, con estos planteos, aparece entonces como un jugador a tener en cuenta en este diseño.



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