Los ministros de Defensa de Alemania y Noruega, Boris Pistorius y Bjørn Arild Gram, han dado esta semana en la ciudad germana de Kiel, próxima a Dinamarca, el pistoletazo de salida a la construcción del primer submarino de la clase 212CD. Se trata de la unidad con la que arranca el proyecto de media docena de estas naves basadas en la clase 212A comprometidas por ambos países (cuatro para Noruega y dos para Alemania). Los futuros CD (siglas de diseño común) contarán con tecnología de sensores mejorada, un mayor alcance y una firma sonora más reducida, de modo que gozarán de “más protección contra la detección del enemigo”, de acuerdo con la información facilitada por el Ministerio de Defensa de Alemania. El valor de este programa, repartido entre los dos países, supera los 5.000 millones de euros. Actualmente se está planteando la posibilidad de añadir más unidades adicionales a las seis previstas.
Por parte de Noruega, su Ministerio de Defensa también ha informado sobre este “nuevo estándar para la cooperación aliada, al convertirse [Alemania y Noruega] en los primeros países en construir y operar submarinos idénticos”. Arild Gram califica a estas naves como “los submarinos convencionales más modernos del mundo”.
La construcción de estos buques, acordada hace dos años, es el proyecto más importante para los astilleros alemanes Thyssenkrupp Marine Systems (TKMS) durante la próxima década. El calendario previsto marca la entrega del primer buque en 2029, a la Armada noruega en este caso. A partir de ese momento el cronograma marca el suministro de los tres siguientes buques para el país nórdico, mientras que las dos unidades alemanas serán recibidas previsiblemente en 2031 y 2034.
En agosto de 2017, las entonces titulares de defensa de ambos países, la noruega Ine Eriksen Søreide y la alemana Ursula von der Leyen, acordaron el desarrollo conjunto de submarinos para la construcción de seis naves idénticas destinadas a las armadas de ambos países (cuatro de ellas sustituirán a los actuales buques noruegos de la clase Ula y las otras dos irán destinadas a Alemania).
El plan, que estimaba la formalización del encargo para el pasado 2020, también contempla la colaboración en formación, ejercicios, piezas de repuesto, mantenimiento y gestión del ciclo de vida de los nuevos submarinos, “además de la cooperación industrial entre Alemania y Noruega en la industria de defensa”, de acuerdo con el ministerio noruego.
Basados en el modelo 212A
Unos meses antes, a principios de 2017, Berlín y Oslo se comprometieron la creación de una empresa conjunta con este objetivo. La alianza implica a las compañías alemanas TKMS y Atlas Elektronik, que ahora forma parte de la primera, y la firma semipública noruega Kongsberg. Previamente TKMS ya había sido elegida por Oslo para formar una sociedad estratégica encaminada al desarrollo de la futura flota de submarinos del país.
El diseño de los nuevos buques germano-noruegos estará basado en los U-212A del astillero alemán, y la empresa conjunta, con sede en Noruega, se centrará en el desarrollo, la producción y el mantenimiento de sistemas de combates. Cada submarino del tipo U-212 desplaza 1.830 toneladas de inmersión y cuenta con una eslora de 56 metros. En su interior destaca su sistema de propulsión independiente de aire (AIP), que le permite permanecer bajo el agua durante largos periodos de tiempo. Estas naves ya prestan servicio en las armadas de Alemania e Italia.
En preparación de este programa de submarinos para Noruega y Alemania, TKMS comenzó en 2019 un proyecto de inversión de 250 millones de euros en sus instalaciones de Kiel, “con el objetivo de su posterior desarrollo en un centro de competencia internacional para la construcción de submarinos convencionales”, según el comunicado emitido por la compañía al alcanzar este acuerdo.
Oportunidades en el caza F-35
La cooperación armamentística entre Alemania y Noruega va más allá de la adquisición de un submarino técnicamente mejorado. Además del desarrollo por parte de los dos socios, la cooperación incluye mantenimiento, reparación, suministro de repuestos y formación conjuntos. La construcción de un submarino que pueda ser utilizado fácilmente por soldados de diferentes armadas genera ventajas económicas y operativas.
El proyecto de submarinos germano-noruegos, según el ministro de Defensa alemán, “es un ejemplo del llamado enfoque de intercambiabilidad, con un atractivo para la futura cooperación en materia de defensa. Otros efectos positivos reseñados por su departamento incluyen el impulso para la industria de defensa nacional, “en particular para la preservación de tecnologías clave como la construcción naval submarina y la tecnología de sensores en Alemania”.
Además, como ejemplos de asociación estratégica más allá de las fuerzas navales, Pistorius citó la adquisición de carros de combate Leopard 2 A7V NO por parte de las fuerzas terrestres noruegas “y las oportunidades para actividades conjuntas en operaciones, entrenamiento y ejercicios con el avión de combate F-35 de ambas fuerzas aéreas”.