Los carros de combate T-14 Armata que Rusia tenía desplegados en Ucrania ya se están retirando del frente. Lo ha revelado la agencia estatal rusa Tass en una información en la que recoge que varios de estos tanques, los más avanzados con los que cuenta el Kremlin, han sido empleados en esta guerra durante operaciones de asalto directo. “El propósito del uso de los Armata ha sido el de evaluar y observar cómo se podría comportar el vehículo en entornos reales de combate”. Ahora, añade la información, estos “carros de combate han sido retirados del frente”, y podrán ser modificados de acuerdo con la evaluación a la que han sido sometidos.
La inteligencia británica se ha mostrado escéptica acerca de la presencia del carro de combate más novedoso y potente de las fuerzas rusas en el teatro ucraniano, donde no creen que los T-14 sean empleados en combates reales, aunque sean vistos en el país, informa el portal especializado Defence Blog. Su despliegue en la guerra, desde principios de este año responde más probablemente a propósitos de propaganda, concluyen los expertos británicos.
El T-14 cuenta con una torre no tripulada dotada con un cañón de 125 milímetros, y con la opción de instalar uno de 152 mm. Además monta un radar capaz de detectar a la vez hasta 40 objetivos en tierra y 25 aéreos a una distancia de un centenar de kilómetros.
2.300 unidades encargadas
El Armata fue mostrado por primera vez en público, en las calles de Moscú, en mayo de 2015, durante el 70 aniversario de la victoria sobre Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. El diario alemán Bild comparó entonces la nueva arma con los tanques de la misma entidad en servicio en los países de la OTAN, el alemán Leopard 2 y el estadounidense Abrams.
Moscú encargó inicialmente la fabricación de 2.300 unidades del nuevo carro para 2020, si bien posteriormente el objetivo se retrasó hasta 2025. La inteligencia británica no cree que, de momento, Rusia haya alcanzado una producción de tanques Armata de más de unas pocas decenas, al tiempo que considera difícil que los comandantes de su ejército confíen en el nuevo carro de combate como para emplearlo ya en operaciones reales.