El astillero de Navantia en San Fernando (Cádiz) efectuará el próximo 3 de julio el acto de corte de chapa de patrullero adquirido por Marruecos para su Marina Real. Así lo confirmó la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, en una entrevista en la Cadena Ser el pasado sábado. Este programa, apuntó, generará 1.100 puestos de trabajo entre directos, indirectos e inducidos.
Este no es el único proyecto que el constructor naval acometerá en los próximos años en sus centros de trabajo de la bahía de Cádiz. En Puerto Real, la compañía construirá el nuevo buque de acción marítima de intervención subacuática (BAM-IS) de la Armada española, cuyo diseño estará listo a finales de 2023.
En el caso del patrullero marroquí, el pedido fue anunciado a principios de 2021 por la propia Montero. La embarcación será una evolución del Avante 1.400 con algunas características propias del modelo Avante 1.800. En los dos últimos años, Navantia ha trabajado en la definición del diseño y en los trabajos de ingeniería.
El barco se construirá en el centro de San Fernando, inmerso en la recta final del programa de las corbetas saudíes. La idea es que el proyecto del patrullero marroquí mantenga la carga de trabajo en unos talleres en los que la actividad ha decaído en los últimos meses ante el avance del programa saudí, y se beneficie también de toda la cadena de producción y de los procesos implantadas para la construcción de las corbetas saudíes.
El contrato con Marruecos abre la puerta además a continuar la serie con un segundo patrullero para la Marina de este país. “El proyecto ha contado con el apoyo institucional del Gobierno y su éxito abre la puerta a la contratación de otras unidades similares, lo que implicaría más horas de trabajo y más empleo para la industria naval”, explicó en enero de 2021 Navantia, tras el anuncio del acuerdo.
El buque estará basado en la familia Avante de Navantia. En concreto, será muy parecido a los Buques de Vigilancia del Litoral (BVL), construidos para la Armada venezolana a principios de este siglo, también en el astillero de San Fernando. Este tipo de embarcaciones están preparadas para realizar diversas operaciones de litoral: protección y vigilancia; control del tráfico marítimo; apoyo logístico mediante provisiones y personal; operaciones de búsqueda y rescate; interdicción marítima; defensa en superficie y guerra electrónica pasiva.
Programa BAM-IS
Por otra parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó hace unos días el Arsenal de la Carraca (Cádiz) para supervisar los avances en otro programa, el BAM-IS de la Armada española. La construcción de esta embarcación se producirá en el astillero de Puerto Real.
Este programa se encuentra en fase de diseño funcional del buque, la cual está previsto que culmine a finales de 2023. Su fabricación responde a una necesidad asociada a los submarinos S-80 con el fin de prestar apoyo y garantizar la seguridad de las dotaciones a lo largo de su vida operativa. Sustituirá, previsiblemente en 2026, al Buque de Salvamento y Rescate Neptuno.
BAM-IS. Foto: Navantia
El BAM-IS se convertirá en la plataforma especializada y equipada para el salvamento y apoyo al rescate de submarinos y en unidad principal de la Armada para el apoyo a las operaciones de buceo. La construcción de este buque generará alrededor de 1.100 puestos de trabajo, incluyendo empleo directo, inducido y de industrias colaboradoras, al generar una carga de trabajo de 1,3 millones de horas durante tres años y medio.
La embarcación contará con un desplazamiento de en torno a 5.000 toneladas, una eslora de 92 metros (frente a los 93,9 de los demás BAM) y una velocidad máxima de 15 nudos. El nuevo buque será capaz de operar con el Sistema de Rescate Submarino de la OTAN (NSRS), lo que lo convertirá en el primer buque de la Armada con certificación Moship para actuar como buque nodriza de los sistemas de Salvamento y Rescate de submarinos de la OTAN. Por otro lado, contará con vehículos no tripulados (ROV) capaces de realizar exploraciones e intervenciones subacuáticas remotamente hasta 3.000 metros de profundidad.
También incorporará propulsores cicloidales Voith Schneider, usados previamente en los cazaminas de la clase Segura, un sistema de propulsión que proporciona una gran capacidad de maniobrabilidad para llevar a cabo con seguridad operaciones de salvamento y rescate de submarinos, además de apoyo a operaciones de buceo, al contar con la velocidad adecuada para ofrecer una respuesta rápida a posibles accidentes de submarinos.