La industria de defensa trabaja en interesantes proyectos no siempre conocidos por el gran público. Uno de ellos es el programa para el desarrollo del micromisil Fox para drones con un alcance de hasta cuatro kilómetros, en el que participan Aertec –como líder-, Instalaza y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) del Ministerio de Defensa.
El objetivo de este proyecto, financiado parcialmente por la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), es el diseño de un demostrador tecnológico de un misil guiado aire-tierra lanzado desde un dron, en este caso, el RPAS Tarsis de Aertec.
El diseño ya está en una fase avanzada. La maqueta del micromisil pudo verse el pasado mes de mayo en el stand de Aertec en la Feria Internacional de la Defensa y la Seguridad (Feindef). El proyectil tendrá una longitud de casi un metro –900 mm-, un peso de tres kilos y podrá atacar objetivos a cuatro kilómetros.
En su interior, llevará una cabeza de guerra de fragmentación con espoleta mecánico-electrónica y estará propulsado por un motor cohete de propulsante sólido. El sistema de guiado incluye guiado inercial, guiado terminal –basado en láser semiactivo- y sistema de control y actuación (CAS).
Primeros disparos este verano
El calendario del programa contempla que los primeros disparos en el suelo (superficie-superficie) serán este mismo verano de 2023 y la calificación del sistema tanto de la munición como de la integración en el dron está prevista para finales de 2025. El proyecto abre además la puerta al desarrollo de nuevas municiones guiadas de medio calibre y cabezas de combate de mayor capacidad.
Aertec trabaja en conjunto óptico, la actuación y la electrónica. Instalaza lidera el diseño de la cabeza de guerra basada en la del lanzacohetes Alcotán 100 ; la espoleta mecánico-electrónica (nuevo desarrollo de la empresa); el motor cohete, a partir de una solución creada a petición del INTA hace unos años -una tecnología que solo tiene que ser adaptada-; y la integración de los subsistemas en la munición con el apoyo del INTA.
La adaptación del diseño está casi validada, el motor cohete también se encuentra en fase muy avanzada, y la espoleta en fase de arquitectura de diseño definitivo.
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