La Armada ha adjudicado a Navantia la modernización de los tres patrulleros de altura clase Chilreu (Alborán, Arnomendi y Tarifa), utilizados para la vigilancia de las actividades de pesca tanto en aguas españolas como internacionales.
El proyecto tiene un presupuesto de 16,2 millones de euros, ampliable hasta los 18 millones. Tras la firma del contrato, el pasado 15 de diciembre, está previsto el inicio en breve de los trabajos que se prolongarán durante cuatro meses.
La modernización permitirá extender 15 años la vida útil de los buques, que fueron construidos en los años 1996, 2000 y 2003, respectivamente. Las embarcaciones están adscritos a los arsenales de Ferrol (Arnomendi) y Cartagena (Alborán y Tarifa).
El programa está financiado con fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Los trabajos afectarán a diversas partes del buque, entre las que destacan el sistema eléctrico, la propulsión, el aire acondicionado, la planta frigorífica y la planta osmotizadora, además de la habitabilidad.
La principal misión de estos buques es la vigilancia e inspección de pesca, así como el apoyo a la flota pesquera tanto en caladeros nacionales como internacionales.
Alcance del programa
La Armada contempla la sustitución de equipos que actualmente es difícil de mantener, explica, “por la dificultad en la obtención de repuestos” como las plantas de aire acondicionado, frigorífica y osmotizadoras. También dotará a las embarcaciones de nuevos sistemas de los que no disponen como cámaras Flir con capacidad de visión infrarroja para mejorar las tareas de vigilancia.
Además, el contrato prevé otras actuaciones como la modernización del Sistema Integrado de Control de la Plataforma, la instalación de una segunda giroscópica en cada buque, la reforma integral de la lavandería y mejoras en espacios comunes y alojamientos de la dotación. Por último, establece a lo largo de los próximos tres años trabajos de mantenimiento (correctivo y preventivo) en la planta propulsora, sistema de generación y distribución de energía eléctrica, sistemas de navegación y sistemas auxiliares.
La actualización de estos patrulleros operativos desde hace dos décadas, detalla la Armada, permitirá en líneas generales “garantizar una operación segura, mejorar la eficiencia energética y reducir el impacto medioambiental de los buques, corregir la obsolescencia de determinados equipos y sistemas, así como mejorar las condiciones de habitabilidad y confort de sus dotaciones”.