Colbert trata de darle la vuelta a los malos resultados en defensa de Boeing

La actividad militar del gigante aeroespacial y de defensa estadounidense Boeing cayó un 20% en el tercer trimestre del año respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. El incremento en los costes de fabricación y aprovisionamiento, las dificultades técnicas y las pérdidas registradas en programas como los del avión cisterna KC-46A, el avión militar de transporte presidencial VC-25B, el vehículo aéreo no tripulado de reabastecimiento en vuelo MQ-25, el avión entrenador T-7A y el programa de transporte espacial Commercial Crew, están detrás de la pérdida cifrada en 2.800 millones de dólares en el citado cuarto del año.

Ante este panorama, el nuevo director ejecutivo (CEO) de la compañía, Ted Colbert, al frente de la empresa desde el pasado marzo, se ha propuesto darle la vuelta a la situación para recuperar los números del negocio espacial y de defensa de Boeing. El descubrimiento de piezas sueltas y basura en algunos de los aviones KC-46 fabricados para la Fuerza Aérea estadounidense (USAF), es uno de los problemas concretos actuales que Colbert debe resolver, pero las dificultades vienen de antes. De hecho, Boeing ha perdido más de 11.000 millones de dólares en los citados cinco proyectos clave en los últimos ocho años, como recoge el medio estadounidense Defense One en el amplio perfil que esta semana ha trazado de Colbert, del que destaca además que es uno de los pocos ejecutivos negros en lo alto de la industria de defensa estadounidense.

Una de sus misiones principales como líder del grupo supone remodelar la compañía para convertirla “en un constructor más ágil de armas en red y asistidas por inteligencia artificial”.

Cambio de cultura

De momento, Boeing continúa recuperándose de las consecuencias de la pandemia, que le ha llevado a tres años seguidos de pérdidas. Para conseguir revertir la situación Colbert aduce que cuenta con la experiencia de haber pasado por Ford durante la crisis de los neumáticos Firestone en los años 1990 y los altos precios del combustible a principios de siglo, por ejemplo.

El nuevo director ejecutivo de la firma habla de un cambio de la cultura del negocio espacial y de defensa, ahora centrado en buena medida en la fabricación de cazas, aviones cisterna, helicópteros y aviones de carga, para pasar a construir equipos militares de próxima generación con un alto componente de inteligencia artificial y otras tecnologías de vanguardia. Los sistemas tripulados-no tripulados serán “tremendamente importantes” en el futuro, ejemplifica.