El programa FCAS (Futuro Sistema Aéreo de Combate) echa a andar en España, a pesar de las complejas negociaciones por el reparto industrial de la carga de trabajo entre Francia y Alemania, los otros dos socios. La Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa acaba de adjudicar los primeros contratos a Indra, coordinador nacional del proyecto, y Airbus España, con un presupuesto conjunto de 31,7 millones de euros.
Indra se ha llevado dos contratos valorados en 17 millones; uno para actividades de modelado, desarrollo conceptual y evaluación del programa por 6,5 millones y otro para actividades los pilares de la nube de combate y sensores por 10,5 millones. Mientras, Airbus -que se ha adjudicado otros dos- trabajará en actividades del pilar del caza (NGF) y la definición de arquitecturas operativas dentro del programa. En este caso, las partidas ascienden a 9,2 y 5,5 millones, respectivamente. En total, 14,7 millones.
Estos contratos, con una duración de nueve meses (hasta junio de 2023), suponen el pistoletazo de salida de la fase de I+D del programa dirigida a la creación de los planes tecnológicos industriales para llevar a cabo el desarrollo de los demostradores, lo que permitirá definir las tecnologías claves del conocido como Sistema de Armas de Siguiente Generación (NGWS), en el que estará integrado el Futuro Sistema de Combate Aéreo (FCAS).
Uno de los principales objetivos de esta fase, que se extenderá en principios hasta 2027, es el diseño y fabricación de un demostrador de avión de combate de próxima generación. También está previsto el desarrollo del prototipo del llamado remote carriers, las plataformas no tripuladas que acompañarán al futuro caza. Las empresas abordarán la evolución y maduración de las tecnologías de siguiente generación (propulsión, maniobrabilidad, sensores de radar, optrónica, guerra electrónica, conectividad, inteligencia artificial, interoperabilidad, etc.).
Todavía están en fase de evaluación otros dos contratos correspondientes a los pilares del motor y los operadores remotos o remote carriers con un presupuesto de 9,6 y 4,6 millones de euros, respectivamente. El primero será para ITP Aero, al frente de la propulsión en España, y el segundo, para la Satnus, la sociedad formada por Sener Aeroespacial, GMV y Tecnobit-Grupo Oesía, responsable de la actividad nacional asociada a los operadores remotos.
Discrepancias entre Airbus y Dassault
La adjudicación de estos contratos llega en un momento delicado para el FCAS. El programa está prácticamente paralizado desde hace varios meses debido a las discrepancias respecto al reparto de carga de trabajo entre Dassault, líder industrial en Francia, y Airbus, coordinador en Alemania.
La falta de avances en las negociaciones, principalmente en el desarrollo del caza y en ciertas áreas como los controles de vuelo y sigilo, ya ha provocado retrasos sobre el calendario inicial. El consejero delegado de Dassault, Eric Trappier, ha llegado incluso a asegurar que estos desencuentros retrasarán una década el futuro sistema aéreo de combate, de 2040 hasta 2050. No obstante, el acuerdo podría estar ahora más cerca y la adjudicación de los primeros contratos por parte de España es un síntoma de que el acuerdo final entre los tres países estaría próximo.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ya pidió hace unos meses “responsabilidad” a las empresas para superar “un impasse que no es aceptable”. Esta situación precisamente habría llevado al Ejército del Aire español a plantearse la compra del avión de combate estadounidense F-35.
Esquema industrial en España
En España, el esquema industrial está encabezado por Indra, coordinador nacional, y líder de los pilares Consistencia y Demostraciones NGWS, Simlab, Nube de Combate y Sensores. Por su parte, Airbus España está al frente de los pilares de Tecnologías de Baja Observabilidad (Elot) y Avión de combate (NGF); ITP Aero, del pilar del Motor; y el consorcio Satnus (GMV, Sener y Tecnobit), del pilar de los Operadores Remotos.
A mediados de 2021, el Gobierno español aprobó una inversión de 2.500 millones de euros para la fase que acaban de firmar los tres países. Dicha inversión permitirá financiar la participación española en todos los pilares del FCAS en esta segunda fase y, por tanto, se distribuirá entre todos los líderes industriales nacionales.
El proyecto NGWS/FCAS, apunta el Ministerio de Defensa español, "es esencial para las capacidades futuras de nuestras Fuerzas Armadas, así como para el desarrollo tecnológico e industrial del sector de defensa; tiene aplicación a otros muchos sectores del tejido industrial nacional y fomenta la creación de empleo de alta cualificación, por lo que se considera fundamental la participación de otros ministerios en un programa de Estado".