La Armada Nacional de Uruguay ha decidido desafectar cuatro de sus buques, entre los que se encuentra su única fragata clase Joao Belo ROU 01 Uruguay, último buque que poseía Uruguay con ciertas -aunque muy limitadas- capacidades bélicas, que será dado de baja el próximo agosto.
Además, también será desafectado, en septiembre, el buque hidrográfico clase Helgoland ROU 22 Oyarvide, unidad que hasta hace poco se evaluaba recuperar dado que su casco se encuentra en muy buenas condiciones y posee equipamiento de última generación; sin emnargo, el alto costo de su remotorización hace imposible que se pueda mantener operativo.
Finalmente, también serán retirado del servicio activo los patrulleros costeros ROU 10 Colonia de la clase Cape y el ROU 12 Paysandú, de construcción estadounidense basado en un diseño comercial.
Más de medio siglo de antigüedad
Todos estos buques tienen más de medio siglo desde su fecha de botadura, con fechas que van desde principios de la década del '50 del siglo pasado hasta finales de la del '60. Si bien su baja se sentirá profundamente en la Armada, la realidad implica que no se puede mantener buques operativos en los papeles sin que estos efectivamente tengan capacidades efectivas. Buena parte de la flota de la Armada de Uruguay se encuentra con muy bajo nivel operativo debido a su edad, escaso mantenimiento para mantenerlas operativas y decenas de años de falta de inversiones significativas.
Con este retiro, los únicos buques de características militares que mantendrá la fuerza serán los dos barreminas clase Kondor II, que ya no operan como tales y que han sido reconvertidos a patrulleros costeros.
Con la próxima, aunque dilatada, recepción de tres patrulleros costeros clase Marine Protector desde Estados Unidos, algunas de las capacidades perdidas con estas bajas, particularmente los ROU 10 y 12, estarían cubiertas. Sin embargo, la pérdida del buque hidrográfico ROU 22 Oyarvide será difícil de cubrir en el corto plazo, aunque se están realizando conversaciones con países amigos para ver la posibilidad de alguna transferencia o venta a precio accesible.
El recientemente marcado interés por la clase Cyclone podría ser un remplazo de la clase Kondor II en sus tareas de patrulla, mientras que la capacidad de combate de la Armada quedará postergada al menos hasta que se defina la adquisición de las OPV.