El capitán de navío Francisco Javier Ruiz y Ruiz de Cortázar en la segunda parte de la entrevista a Infodefensa.com revela que la reparación del cazaminas Turia avanza a buen ritmo y que el buque estará de nuevo a flote en septiembre de 2023 y deja claro que los cazaminas son hoy y lo seguirán siendo mañana un medio clave en la guerra naval.
¿Cómo marcha la reparación del cazaminas Turia?
Se está haciendo un esfuerzo inmenso entre Navantia, la Armada y las empresas que trabajan con Navantia para sustituir y volver a montar toda la plataforma que está hecha con fibra de vidrio. Es un trabajo que no se había hecho hasta ahora, pero se está consiguiendo. El trabajo va lento porque el pegado entre las distintas zonas de fibra antigua y la nueva no es fácil. A la vez en la zona en la que la rotura es más grande, con cuadernas involucradas, lo que se está haciendo es prefabricar ese trozo y luego se une. El trabajo se está haciendo en tiempo y se prevé que en septiembre de 2023 el Turia esté en servicio de nuevo. Todavía queda un año de trabajo.
¿Cómo es esa solución de la que habla?
Sí, este trabajo no se había hecho nunca; es decir, unir fibra de hace 20 años con fibra nueva. La unión ya se ha conseguido, lo que pasa es que el trabajo es lento, va por capas y el proceso tarda bastante. Una vez reparado, el cazaminas se echará al agua de nuevo y se instalarán todos los sistemas que ahora mismo están desembarcados.
¿La Armada piensa ya en un futuro cazaminas?
A día de hoy, la sustitución no está prevista. Estamos viendo cómo será la guerra de minas del futuro, al igual que el resto de países de nuestro entorno. Nosotros trabajamos, sobre todo, en los robots autónomos para no tener que meter el barco dentro de la zona minada, como te comentaba. Con el plan logístico, estamos manteniendo las unidades algunos años más, si al final se aprueba la media vida la sustitución no está contemplada la sustitución.
¿Los cazaminas seguirán siendo necesarios en la guerra naval del futuro?
Efectivamente, la guerra de minas es fundamental puesto que una mina naval sigue siendo un arma letal y de muy bajo coste que, con su sola presencia, es capaz de colapsar el tráfico marítimo e incluso cerrar las entradas y salidas de los puertos. Por lo tanto, los cazaminas son claves. En los últimos años, estamos descubriendo todavía minas históricas de, por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial que aparecen en los fondos. Y a la vez continúan usándose como arma, en el conflicto de Rusia y Ucrania, en el mar Negro han aparecido minas a la deriva. Los cazaminas siguen siendo fundamentales para mantener la seguridad marítima. De hecho, somos los primeros en llegar a una zona de crisis y hacer limpieza para que los demás barcos hagan sus tareas y luego somos los últimos en salir porque hay que hacer una limpieza clara para que el riesgo de minas sea el mínimo.
¿Respecto a los robots hay planes de compra?
Se está elaborando el pliego de prescripciones técnicas del robot autónomo que queremos empezar a comprar, pero no hay planes de compra ahora mismo.
Y en cuanto al personal, ¿tienen necesidades?
En personal, en la Armada tenemos una serie de carencias que se extrapolan a todas las unidades. Efectivamente, no tenemos personal para todos los cazaminas al cien por cien, pero al tener una escuadrilla con seis barcos, tenemos tres barcos cada año en alta disponibilidad, que no paran de navegar, y tres en preparación, lo que permite disponer de alguna necesidad crítica (personal) de los barcos que están en baja disponibilidad para los barcos que están en alta disponibilidad.
¿Qué me puede contar de los despliegues internacionales en un contexto complicado?
Los cazaminas y las tripulaciones están preparados y se adiestran constantemente aprovechando ejercicios como el Spanish Minex o la Italian Minex, donde están ahora el Tambre, y en los despliegues en el grupo de cazaminas de la OTAN en el Mediterráneo (Snmcmg2).