Industria Militar de Honduras reorienta su producción para combatir el coronavirus

La Industria Militar de las Fuerzas Armadas (Imffaa) de Honduras ha reorientado su producción desde hace más de un mes al combate al Covid-19, con la elaboración de material especial de bioseguridad. La producción se ha concentrado ahora en la fabricación de mascarillas, caretas 3D, trajes impermeables especiales y embolsado de agua potable.

Desde que el Gobierno hondureño decretó la emergencia nacional por la llegada del coronavirus al país, la Imffaa ha confeccionado más de 100.000 mascarillas reutilizables con estándares de calidad. También se ha fabricado y entregado más de 2.378 caretas faciales, de las cuales 1.867 ya fueron despachadas para el personal médico que está en la primera línea de batalla contra la pandemia. La planta militar ha envasado más de 66.200 bolsas de agua potable.

Se estima que cada día se produce un total de 4.000 a 5.000 mascarillas reutilizables, en la fábrica militar. Al respecto, el gerente de Imffaa, Juan Ramón Soto, aseguró: "Seguimos en preparación, aunque las medidas se suspendan sabemos que vamos a necesitar más mascarillas, es por eso que trabajamos sin descanso. Contamos con la materia prima necesaria para cumplir con la misión que se nos ha encomendado".

Y agregó: "Contamos con un equipo altamente profesional y con creatividad, eso nos ha permitido trabajar coordinadamente y mejorar los procesos. Esta pandemia nos ha dado la oportunidad para demostrar que, si podemos, y somos capaces de servir a nuestro pueblo hondureño".

Por su parte, el jefe del departamento de producción, César Manuel Reyes, detalló que cada producto elaborado cumple con las exigencias de calidad, además de realizarles pruebas que indican si cumplen con los estándares exigidos por las autoridades de Salud de Honduras.

Reyes explicó que "las mascarillas requieren de unos cinco procesos, hasta lograr la adhesión del filtro a la tela, la fase más importante; estas pueden utilizarse unas cinco veces siempre y cuando sean desinfectadas con cuidado para no dañar el filtro".

El proceso de las caretas faciales también se ha mejorado en cumplimiento con los estándares de calidad y bioseguridad exigidos por las autoridades sanitarias. Además, en la planta de producción permanecen grupos menores a 50 personas, que cuentan con la vigilancia del personal médico.