(Infodefensa.com) Madrid Canadá ha pedido a cinco fabricantes de aviones de combate información sobre sus modelos y acerca de los potenciales beneficios que plantearía para la industria canadiense la elección de cada uno de ellos. El país está evaluando las opciones para remplazar su actual flota de 78 aviones CF-18, la versión del F/A-18 con la que actualmente opera el país
Según un comunicado oficial emitido el jueves, el organismo encargado de la adquisición de los aparatos invita a las cinco compañías con aeronaves disponibles a completar de aquí a principios de julio un cuestionario acerca de los costes estimados que supondría la compra de sus aviones. El nombre de los fabricantes no se cita, pero debe tratarse de las norteamericanas Loockhed Martin y Boeing, que ofertarían sus F-35 y F/A-18 Super Hornet, respectivamente, de la francesa Dassault, fabricante del caza Rafale; de la holandesa Saab, con su avión Gripen, y de la firma de capital británico, alemán, italiano y español Eurofighter.
En el mismo documento se señala que también se facilita a las posibles licitadoras otro cuestionario para obtener información acerca de los posibles beneficios industriales que representaría para Canadá la elección de sus ofertas.
Este requisito responde al interés del país norteamericano en cuidar que buena parte de sus gastos militares previstos de casi 180.000 millones de euros en los próximos veinte años repercuta directamente en su propia economía. Con este objetivo el asesor de adquisiciones del Gobierno elaboró hace unos meses un informe en el que se exhorta al endurecimiento de la normativa que permite a las compañías extranjeras a optar a los contratos militares canadienses.
En principio, este documento titulado Canadá Primero: Aprovechar los contratos públicos de defensa a través de capacidades industriales clave, se refiere a seis áreas principales: seguridad marítima, ciberseguridad, protección de los soldados, sistemas de entrenamiento, asistencia en servicio y mando y control. De aplicarse sus recomendaciones, las empresas extranjeras que deseen optar a estos contratos estarían obligadas a proporcionar compensaciones y serían mejor valoradas si proveen a las compañías canadienses de trabajo en programas internacionales.
El documento también recoge la posibilidad de que más adelante estas medidas proteccionistas se extiendan a otras áreas de defensa, como serían las adquisiciones aeronáuticas.
En el caso de los aviones de combate, las autoridades canadienses han puesto en marcha un plan de siete puntos para ayudar a evaluar al Gobierno la mejor opción para la sustitución de su flota de CF-18. La nota oficial publicada hace unos días recuerda que hasta que este plan no se haya completado todas las opciones siguen abiertas.
Se da la circunstancia de que Canadá es uno de los nueve socios del programa del avión de combate de quinta generación F-35 liderado por Estados Unidos y su compañía Lockheed Martin. Sin embargo, el incremento de los costes de este caza le ha llevado a replantearse la adquisición inicialmente prevista de 65 unidades.
La también estadounidense Boeing lleva tiempo presionando a Canadá para que entierre ese programa en favor de sus F/A-18 Super Hornet. Por su parte, las europeas Eurofighter, Dassault y Saab están expectantes ante la posible convocatoria de un concurso abierto.
Fotos: Departamento de Defensa de Canadá