México ha llegado al final de un sexenio que será recordado por los vaivenes políticos. Afortunadamente el ámbito militar (hasta ahora) parece haber logrado mantenerse lejos de la corrupción que marcó en parte el periodo de Enrique Peña Nieto al frente del gobierno, que en materia de Defensa vio bipolaridades, exitos descomunales y a su vez tuvo reveses vergonzosos.
En materia política y organizacional es poco lo que puede señalarse como avance. En México sigue existiendo el anacronismo de tener una duplicidad en las instituciones de Defensa al tenerse una Secretaría de Marina (Semar), que a su vez es la autoridad naval civil y otra Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de quien depende el Ejercito Mexicano y que mantiene a su vez otra anacrónica hegemonía sobre la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) que es probablemente la única arma aérea en el mundo que en el año 2019 aún no tiene independencia orgánica, ni autonomía doctrinal y que tiene una influencia histórica terriblemente negativa en el desarrollo aeronáutico militar de México. Estos son aún retos y oportunidades que no están en la agenda política nacional.
Como es conocido por todos, las Fuerzas Armadas Mexicanas están enfocadas a dos cosas: la lucha contra el crimen organizado y la ayuda humanitaria en caso de desastres, labor por la que marinos y soldados mexicanos son reconocidos a nivel mundial por su capacidad de respuesta y organización. Pero es a 12 años de que la cuestionable guerra contra el crimen fue desatada por el expresidente Felipe Calderón y a seis de haber sido mantenida una política gris y poco efectiva en el sexenio de Enrique Peña Nieto, que las acciones del nuevo gobierno de Manuel López Obrador buscan devolver la paz al país con el proyecto de Guardia Nacional.
Hace apenas unas semanas en el sector se tenía un escenario poco claro, ahora con la liberación de los presupuestos, es obvio que el impulso soberano por consolidar la Guardia Nacional será el motor principal del gasto de seguridad y defensa, con predominancia en la Sedena. Por lo que contra todo pronóstico, López Obrador se convirtió en el principal aliado de esta industria en México.
Ha habido cosas malas, pero México también ha vivido éxitos en el sexenio de Peña Nieto. El proyecto de construcción de fragatas clase Reformador no puede dejar de considerarse un hito que ha puesto a la Armada mexicana en un escalafón de mucho respeto entre las marinas de la zona Latam y el mundo. Su importancia no puede obviarse ni el proyecto abandonarse. Hay señales positivas de que la intención de la armada será continuar con el proyecto. Se ha aclarado que la intención de compra de dos helicópteros NH90, no significa la construcción de un segundo buque, ya que la compra de aeronaves en pares se da por cuestiones de logística, entrenamiento y sobre todo disponibilidad. Pero no dudamos que en algún punto del sexenio, se plantee la necesidad de ir por la segunda fragata.
Junto a este tema fluye el exitoso programa de reemplazo y construcción naval mexicano, un proyecto titánico basado en una importante red de astilleros y en la ingeniería mexicana, que ha demostrado ser competitiva a nivel internacional. Este proyecto, por alguna razón incomprensible , no ha sido reconocido como se debe. Este programa ha puesto en el mar cerca de 70 buques de 14 clases diferentes desde 1990 y mantiene a otros 200 en operación.
Lamentablemente, la carga presupuestal de la armada se verá reducida en el primer año de gobierno de Obrador y, pendiente de un análisis más detallado, se presume que esto se debe a que la predominancia en las tareas de pacificación han recaído en la Sedena; lo que a su vez debe significar que la Semar podrá seguir trabajando en sus proyectos de desarrollo en cuanto a sistemas UAS, radares y sonares de refiere. Por supuesto con el plan de compra de los NH90, que a diferencia de otras carteras de inversión, ya cuenta con fondos liberados desde 2018 y que sí puede tomarse en serio, queda claro que no frenará la modernización de sus activos como se especuló por meses.
Como un tema político, la equidad de género es una de las banderas que la Sedena y Armada ha llevado con enorme éxito, las oportunidades ahora están ahí para quien desee tomarlas, esto ya ha quedado claro. Lamentablemente, la incansable novedad del tema se ha vuelto un poco en su contra. Pues se percibe ya una sobre exposición del tema y por diversas fuentes sabemos que esta manifestación no siempre se alinea con las necesidades y deseos de algunas mujeres militares que simplemente quieren hacer su trabajo, sin estar bajo los reflectores de los medios.
El hecho de que la Sedena haya logrado terminar su meta de construcción de fusiles mexicanos DGIM FX-05 Xiucóatl 5.56mm, es otro logro histórico, este también sienta una base de respeto y desarrollo que no debe abandonarse. Mucha gente no logró entender que el Xiucóatl no es un final, sino un principio, al ser el trampolín de futuros desarrollos y la base desde la que el fusil será mejorado, lo cual es un ciclo natural de mejora que los ingenieros mexicanos tienen claro, al igual que las fortalezas y debilidades del diseño.
Uno de los aspectos con un potencial de desarrollo enorme es el segmento de vehículos blindados en México y particularmente en la Sedena. Infodefensa.com visitó hace unos días la Ensambladora Militar de la Dirección General de Industria Militar, donde se aclararon con los mismos ingenieros de DGIM dos cosas: que los rumores sobre la construcción de un vehículo 8x8 mexicano son falsos y que también en la Sedena se cuenta con profesionales e ingenieros en materia de desarrollo de blindaje y vehículos con niveles de protección adaptados y desarrollados a las necesidades mexicanas.
La visita también ha servido para dar fe de primera mano sobre la calidad y el potencial de tres proyectos de vehículos blindados mexicanos, para apoyo y transporte de infantería, y que sólo esperan un banderazo para comenzar su producción a niveles más amplios como es el caso del DGIM DN XI y en el caso del DGIM Kitam y Cimarrón, comenzar con su producción.
Infodefensa.com ha podido hablar con sus desarrolladores, así como conocer de primera mano estos vehículos y sin duda es otra de las inexplicables áreas de desarrollo que por alguna razón no reciben la atención y reconocimiento que merecen, mientras que su potencial para hacer alianzas con el sector privado solo tiene como límite el cielo, especialmente con el proyecto de Guardia Nacional.