El comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), general del aire Arturo Merino, confirmó ayer que el nuevo avión de instrucción básica de la institución será el Enaer T-35 Pillán II.
En el marco del Mes del Aire, con motivo del 89° aniversario de la Fuerza Aérea, se efectuó ayer en el Club de Oficiales en Santiago una reunión informativa que estuvo encabezada por el general Merino quien señaló que dentro de los proyectos de mantención de capacidades estratégicas se contempla "el entrenamiento de la Escuela de Aviación con el reemplazo por un avión similar al T-35. Básicamente, queremos seguir en la misma línea del Pillán que a contar de este año comienzan a vencer".
Ante la consulta de Infodefensa.com de si la lógica sería continuar con la Empresa Nacional de Aeronáutica (Enaer) para la fabricación de las nuevas aeronaves, el comandante en jefe confirmó que se desarrollará el proyecto del Pillán II con la empresa estatal: "Es un avión que ha dado excelentes resultados a la Fuerza Aérea de Chile y creemos que debemos seguir en la misma línea. El Pillán partió con 40 unidades, hoy día tenemos sobre 30, pero queremos volver a 40. Será un proyecto de siete a ocho años plazo y vamos a ir reemplazando los aviones en la medida que se vayan venciendo. Vamos a presentar el perfil del proyecto dentro de los próximos cinco meses".
Como dio a conocer en exclusiva Infodefensa.com, la compañía presentó en la pasada Fidae el nuevo proyecto el que, según un artículo publicado en el último número de la Revista Fuerza Aérea de Chile, se encuentra en marcha, incorporando nuevas capacidades tecnológicas y con modernos sistemas para la formación de pilotos militares.
El proyecto se origina por la necesidad de reemplazar la flota de T-35 que opera la FACh, cuyos primeros aviones comienzan a cumplir su vida útil estructural de 7.000 horas de vuelo el próximo año. Nace entonces la oportunidad de satisfacer las exigencias actuales de instrucción, derivadas del avance tecnológico y para incorporar mejoras operacionales y de mantenimiento, producto de los más de 300.000 horas de vuelo y 33 años de servicio de la flota a nivel internacional.
El sistema Pillán II contempla un avión basado con la célula del actual T-35 Pillán, dotado de equipamiento de tecnología actual, de manera de brindar un ambiente característico de aeronaves avanzadas, complementado con sistemas periféricos de ayuda a la instrucción. La configuración de los sistemas que se integren dependerá de los requerimientos operacionales de cada operador.
La nota menciona que en el caso de la FACh se ofrecen varias capacidades: un concepto de aviónica que represente los principios de sistemas de aviones más avanzados, desde el Embraer A-29B Super Tucano hasta el Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon, con pantallas multi-funciones y Head-Up Display (HUD) de bajo costo, GPS, cámara de video en cabina, grabador de datos de vuelo, TCAS (Traffic alert and Collision Avoidance System) con trasmisión de parámetros a estación terrestre para monitoreo de los aviones en vuelo, planificador de misión, estación de debriefing, entrenador de vuelo y sistema de instrucción computarizado (CBT, Computer Based Training) para tripulaciones y especialistas de mantenimiento.
Adicionalmente, el Pillán II tendrá capacidades de instrucción de vuelo por instrumentos y la provisión para instalar un sistema de vigilancia diurno/nocturno (cámara electro-óptica e infra-roja), el cual fue presentado en Fidae 2018. Este sistema otorgará la posibilidad de utilizar el avión para evaluación ante situaciones de catástrofe o vigilancia de áreas de interés, pudiendo trasmitir la información en tiempo real. Paralelamente, se estudia la posibilidad de instalar una planta motriz de mejores prestaciones y extender el uso de materiales compuestos.
Negocio internacional
El Pillán II está pensado para ser una aeronave de instrucción moderna para la Fuerza Aérea de Chile y para otros operadores que requieran un sistema de instrucción primaria probado, confiable y de bajo costo de ciclo de vida, incluyendo a los actuales usuarios de T-35, entre los que se cuenta España, Panamá, Paraguay, El Salvador, Guatemala, República Dominicana y Ecuador.
La producción del nuevo diseño impulsará fuertemente a la industria aeronáutica chilena y a las decenas de empresas contratistas nacionales que participarán con sus productos y servicios, abriendo nuevamente la posibilidad de exportar un producto industrial nacional.