Los nuevos inhibidores de frecuencia para los vehículos desplegados en misiones en el exterior, adquiridos por el Ministerio de Defensa a la empresa israelí Netline Communications Technologies (NCT), han superado las preceptivas pruebas de evaluación operativa (Evalo) en las instalaciones del Instituto Tecnológico de La Marañosa (ITM).
Tras completar estos ensayos, Defensa ha puesto en marcha la fase de adquisición de 51 equipos y accesorios con sus kits de instalación correspondientes. Este primer lote llegará antes de final de 2020, lo que permitirá empezar la instalación en los vehículos de las Fuerzas Armadas a partir del próximo año.
Como publicó Infodefensa.com, el contrato establece, como requisito previo a la adquisición, que los inhibidores deben superar una calificación operativa en una docena de vehículos en dotación en las Fuerzas Armadas, denominados vehículos preserie.
El proceso de adquisición de estos sistemas comenzó a finales de 2018. En noviembre de ese año, el Consejo de Ministros autorizó la celebración de un acuerdo marco de adquisición de inhibidores de frecuencia vehiculares, así como los contratos derivados basados en este acuerdo.
Cinco meses más tarde, en marzo de 2019, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) a través de una licitación pública adjudicó este expediente a la compañía NCT por un importe de 65 millones de euros. Esta empresa israelí tiene como subcontratista en España a la empresa Aicox, responsable del diseño y producción de los kits de instalación en cada vehículo.
En total, España adquirirá 334 nuevos inhibidores de frecuencia para reforzar la seguridad de los vehículos que utilizan los militares españoles desplegados en zona de operaciones.
Entre las novedades que incorpora el nuevo inhibidor, hay que destacar que posee una potencia muy superior a la de su predecesor, y que el ancho de banda de cobertura en frecuencia cubre todas las amenazas conocidas e incorpora nuevas capacidades que actúan sobre las tecnologías emergentes para hacer frente a las amenazas que puedan aparecer en un futuro.
Los nuevos equipos disponen del modo de trabajo activo, como en la versión anterior, incorporando además los modos reactivo y mixto. En el modo reactivo, el equipo escanea el espectro y ante la presencia de una ‘señal amenaza’, aumenta la potencia de la 'señal perturbadora' para neutralizarla con mayor probabilidad de éxito.