Astilleros internacionales efectuaron una visita inspectiva a la planta industrial Talcahuano de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) y comprobaron que la instalación posee las capacidades y no presenta ningún inconveniente para construir fragatas en Chile.
El director de Programas, Investigación y Desarrollo de la Armada de Chile (Diprida), contraalmirante Ramiro Navajas, confirmó esta noticia en el coloquio online Un Nuevo Modelo de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i): Chile hacia la Construcción Naval Continua realizado por la Liga Marítima de Chile.
Como publicó Infodefensa.com, la Armada de Chile pretende impulsar este plan con el propósito de efectuar el reemplazo de los buques que cumplen su vida útil con unidades desarrolladas en el país en vez de plataformas de segunda mano como ha sucedido en las últimas décadas.
El contraalmirante Navajas indicó que astilleros europeos realizaron un Site Survey a Asmar Talcahuano y verificaron en terreno que el astillero cuenta con la infraestructura y las capacidades humanas necesarias para desarrollar el programa de construcción de fragatas que la institución aspira iniciar en la década de 2030.
La autoridad naval hizo un repaso de la historia del Poder Naval de Chile destacando que desde 1930 a la fecha solo dos destructores clase Almirante y dos fragatas clase Leander han sido comprados nuevos mientras que el resto de los buques han sido adquiridos de segunda mano en el último tercio de su vida útil.
Esta situación ha comprometido tanto en el pasado como ahora el desarrollo del Poder Naval puesto que se incorporan los buques que están disponibles en el mercado internacional generando a veces muchas líneas logísticas que dificultan el proceso de mantención y conservación además de su disponibilidad operativa.
Un Plan Nacional Continuo de Construcción Naval, asegura Navajas, permitiría tener los buques que requiere el país de acuerdo a los intereses nacionales permitiendo un desarrollo planificado y una optimización logística contribuyendo a la generación de empleos, investigación y desarrollo y a la creación de nuevas empresas dejando además una parte significativa de la inversión en Chile.
El contraalmirante Ramiro Navajas resaltó el impulso alcanzado desde la década de 1980 por Asmar Talcahuano y como en la actualidad el 100% de las unidades marítimas (26 de 26) y el 46% de las unidades auxiliares (6 de 13) de la institución han sido construidas por esa Empresa Estratégica de Defensa.
En el caso del rompehielos Almirante Óscar Viel, buque que está actualmente en fase de construcción en Asmar Talcahuano, el contraalmirante Ramiro Navajas indicó que el 50% del costo del buque quedará en el país y el proyecto Antártica I está generando 600 empleos directos y aproximadamente 1.500 indirectos.
El responsable de la Diprida entregó nuevos detalles del Estudio de Evaluación Económica-Social de Alternativas para la Renovación de la Fuerza de Superficie de la Armada de Chile realizado por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y que propone la construcción de fragatas de 5.200 toneladas y 132 metros de eslora como la mejor alternativa para reemplazar los buques de la Escuadra Nacional en el mediano plazo.
Según ese estudio, construir fragatas en Chile es marginalmente más costoso que comprar buques usados y operarlos durante su ciclo de vida y someterlos a modernizaciones periódicas pero que a su vez hacen que el buque esté menos disponible producto de estos trabajos.
La construcción nacional, mencionó el contraalmirante Navajas, es mucho más eficiente porque brinda fuentes de trabajo a chilenos y permite desarrollar nuevas tecnologías en el país entregando una mayor tasa de disponibilidad en los buques y un ordenamiento logístico.
El 62% del costo del buque es plataforma y en este punto el país cuenta con importantes empresas como Sisdef que posee experiencia en el desarrollo de soluciones de Mando y Control, comunicaciones, puente integrado, sistema de monitoreo y control de maquinarias o Desa en el campo de sistemas de control de tiro.
Navajas mencionó además la necesidad de modernizar las fragatas para que duren los años de máxima vida útil. En este aspecto destaca la ejecución de proyectos complejos como el realizado en las tres fragatas antisubmarinas Type 23 que incorporan el sistema de gestión de combate CMS 330 de Lockheed Martin Canada, el misil antiaéreo/antimisil de guía activa CAMM de MBDA y el radar naval multifunción de vigilancia y adquisición de blancos TRS-4D de Hensoldt.