La empresa rusa MiG, perteneciente a la Corporación Unida para la Construcción de Aviones (OAK por sus siglas en ruso), ha anunciado por boca de su director general, Ilia Tarasenko, su interés en ampliar la cooperación con México. La propuesta es sencilla, los rusos quieren vender su MiG-35 a los mexicanos y a cambio se ofrecen a potenciar la industria aeronáutica del país azteca. México se une así a Perú, Argentina y Colombia como uno de los mercados de referencia para los rusos en una región a la que planea empezar a exportar el nuevo avión en 2020, como ya publicó Infodefensa.com.
En declaraciones a la revista Forbes, Tarasenko anunció que “nos gustaría avanzar hacia una cooperación aún más estrecha”. El director de MiG aseguró que existen dos caminos para conseguir ese fin. El primero pasa por la compra del avión por México, un aparato que, según el ruso, “sobrepasa a sus competidores rusos y extranjeros en cuanto a la relación precio-calidad”. El segundo camino está íntimamente ligado al primero. “MiG posee todas las competencias para la participación en el fortalecimiento de la industria de la construcción de aviones de este país latinoamericano en el marco de la producción de técnica de aviación en conjunto”, ofreció Tarasenko.
Tarasenko elogió la nueva aeronave porque, como ya publicó Infodefensa.com en sendas entrevistas (1 y 2) con el directivo ruso, “no tiene análogos en el mundo y es capaz de fortalecer suficientemente la capacidad de combate de las fuerzas aéreas de México”.
Lo que está claro es que Rusia apuesta por el mercado latinoamericano, aunque México no es el más sencillo de la región. En el caso de Perú, usuario de aeronaves Sukhoi Su-22 y MiG-29 desde hace décadas, la próxima jubilación de los MiG-29 postula al MiG-35 como el sustituto natural. Los casos de Argentina y Colombia son distintos. Argentina no tiene cazas actualmente, pero está acostumbrada a trabajar con modelos occidentales, lo mismo que Colombia y su Kfir.
En el caso particular de México, el escenario es aún más complejo. Está claro que el Ministerio de Defensa mexicano tiene en mente, aunque está siendo muy prudente a la hora de señalar favoritos, la sustitución de sus Northrop F-5 Tiger II pero la entrada de los rusos no será sencilla.
Por un lado, en el país no existe una inversión en infraestructura aeronáutica rusa considerable, hay talleres de un buen nivel técnico, pero están lejos de equiparar los montos de inversión y producción de partes y componentes que Eurocopter o Beechcraft, por citar dos ejemplos, tienen en el país azteca.
Por otra parte, aunque tanto Marina como la Fuerza Aérea son usuarios prolíficos de la gama de helicópteros Mil Mi-17, es conocido que en materia de mantenimiento las cosas no siempre han salido como era de esperar.
Pese a todo esto, la Fuerza Aérea valora tanto sus MI-17 que recientemente envió 19 helicópteros a Novosibirsk, a la planta NARP, a recibir un mantenimiento mayor completo.