El año en el que Defensa incluyó los PEA en el presupuesto ordinario

La incorporación de los Programas Especiales de Armamento (PEA) en el presupuesto ordinario del Ministerio de Defensa ha sido uno de los principales hitos económicos del departamento que dirige María Dolores de Cospedal en 2017. Esta decisión pone fin a más de un lustro de créditos extraordinarios y, sobre todo, garantiza el pago de las anualidades acordadas a la industria de defensa, al no depender de la aprobación de decretos ley por parte del gobierno de turno.

Defensa no tuvo otra opción después de las repetidas sentencias del Tribunal Constitucional en las que se rechazaba el empleo del decreto ley para el pago de las anualidades. El ministerio ante esta situación apostó por incluir los pagos a la industria en su presupuesto ordinario recogido en las cuentas anuales del Gobierno.

Mediante este procedimiento se incluyeron en la partida de este año los 700 millones pendientes de pago de 2016, bloqueados tras las sentencias contrarias del Constitucional, y la anualidad de 2017 por un importe de 1.100 millones de euros. Unos 1.800 millones de euros en total.

Este nuevo encaje termina con los quebraderos de cabeza de los últimos años derivados de las resoluciones judiciales, a lo que se sumó la inestabilidad política de un año 2016 de Gobierno en funciones, que hizo imposible además la aprobación de los créditos extraordinarios a través del real decreto.

El secretario de Estado de Defensa confirmó en abril en la presentación del presupuesto Defensa en el Congreso de los Diputados el cambio de rumbo en los PEA y actualizó la factura pendiente de pago hasta el año 2030. En este sentido, tras las últimas reprogramaciones, el ministerio deberá pagar en los próximos años unos 21.000 millones de euros por los programas especiales de armamento a la industria de Defensa.

Un año de Cospedal en el ministerio

Precisamente, la regularización de los PEA fue una de las promesas de Cospedal a su llegada al ministerio de Defensa hace poco más de un año. En este tiempo, la ministra ha acometido la renovación pendiente de la cúpula militar de los tres Ejércitos, que culminó a finales de marzo de este año, casi cinco meses después de su llegada al ministerio, con los nombramientos de los Jefes de Estado de Defensa de los tres Ejércitos y del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad).

En el plano económico, otra de las novedades de este año ha sido el impulso de la Lista Única Integrada, que unifica las necesidades de Tierra, Aire y Armada en un solo listado y que establece un orden de prioridades. Este sistema sienta las bases de una nueva política económica que intenta una gestión más eficiente de los limitados recursos financieros de los que dispone el Ministerio de Defensa. Todo ello, en vísperas de un nuevo ciclo inversor anunciado a mediados de diciembre por la propia ministra Cospedal.

Movimientos en el sector aeroespacial

En el panorama industrial el año que está a punto de terminar está marcado por los movimientos empresariales en el sector aeroespacial con la entrada de capital extranjero en compañías estratégicas para la Defensa como ITP y CESA. Hace menos de un mes, el ministerio autorizó la venta de ITP a la británica Rolls Royce después de meses de negociaciones y, en estos momentos, estudia la operación por la que la canadiense Héroux planea hacerse con el 100 por cien de la compañía española CESA.