La nueva ministra de Defensa italiana, Elisabetta Trenta, en el puesto desde junio, ha llegado al cargo con la intención de revisar uno de los programas de adquisiciones militares más importantes del país. La política del Movimiento 5 Estrellas, que es muy crítico con la compra de estos aparatos, ha revelado durante una entrevista en televisión que Italia no encargará más unidades de este avión y que su equipo ya está “evaluando qué hacer con los contratos que ya están en vigor”.
Un paso atrás en la recepción de unidades previstas “podría suponer fuertes penalizaciones económicas”, por lo que de momento el nuevo Gobierno ha optado por ser cauteloso y estudiar qué hacer con este programa. En palabras de Trenta, “eliminar la orden del pedido podría costarnos más que mantenerlo”.
La titular de Defensa insistió el viernes en una entrevista en la cadena privada La7 en que nadie “está ocultando el hecho de que siempre hemos sido críticos” con esta compra, por lo que, “en vista de los contratos existentes firmados por el Gobierno anterior, estamos llevando a cabo una evaluación cuidadosa que únicamente considera el interés nacional”.
Italia es el único país, además de Estados Unidos, donde se fabrica la versión F-35B de este caza de quinta generación desarrollado por Lockheed Martin, por lo que una posible anulación de los encargos pendientes supondría, además de las señaladas sanciones económicas, un impacto negativo para la actividad industrial italiana implicada en este programa.
A día de hoy Italia tiene previsto recibir 90 aviones de combate F-35, de los que 75 equipará a su fuerza aérea (60 de la versión convencional F-35A y 15 F-35B, que son los preparados para su despegue en corto y aterrizaje vertical –STOVL) y otros 15 más, de la versión F-35B, serán empleados por su Armada.
El programa del caza F-35 lleva desde sus inicios tratando de reducir los costes de producción. En él, además de Estados Unidos e Italia, están implicados Reino Unido, Países Bajos, Australia, Dinamarca, Noruega, Turquía y Canadá. Italia llegó a reclamar a principios del año pasado un mayor papel en el proceso de fabricación de los aparatos.
El Movimiento 5 Estrellas, de corte populista, forma desde el pasado mes de junio del Gobierno del país, junto al partido la Liga, de extrema derecha.