Uruguay pone punto y final a un 2017 gris

El año 2017 no llevó grandes cambios positivos para las Fuerzas Armadas Uruguayas. El año se cierra con la insistencia del Gobierno de gravar de forma inconstitucional según lo declarado por varias cátedras de Derecho tanto publicas como privadas, las pasividades de los retirados militares, bajo la premisa de que el servicio de retiros y pensiones militares es deficitario. Esta situación, generada históricamente desde los distintos gobiernos desde el retorno a la democracia, se debe a la reducción constante de efectivos que sufren las fuerzas, generando cada vez menos activos que aporten al sistema de retiros, por lo que al invertirse la pirámide contributiva (cada vez hay mas pasivos y menos activos), indudablemente el flujo de dinero pasara a ser negativo. Sin embargo, y pese a las recomendaciones de todos los analistas legales, el gobierno continúa empecinado en castigar a los militares por situaciones que ellos mismos no generaron. La situación ahora ha quedado en un impasse pues un diputado oficialista se ha negado a votar la iniciativa por considerarla inconstitucional y se espera que el asunto se retome el año entrante.

A nivel de material, la Fuerza Aérea tuvo un año muy triste, con la pérdida de cuatro jóvenes pilotos en sendos accidentes, el primero un Cessna A37B Dragonfly y el segundo un Bell UH-1H Iroquis. A esto se le sumó la baja definitiva del sistema FAdeA (ex FMA) IA-58 Pucara y el desbande temporal del Escuadrón Nº. 1 (Ataque) por carecer de aeronaves. Apenas dos o tres A37B se encuentran operativos y una cantidad similar de Pilatus PC-7U Turbo Trainers, conforman la casi inexistente capacidad bélica de la fuerza. El reclamo anual de nuevas aeronaves es cada vez mas tímido y en el horizonte no se vislumbran cambios significativos en el corto o mediano plazo.

La Armada no se quedó muy atrás en su lamentable situación, en la Aviación Naval ya no le quedan horas remanentes a los Bolkow Bo-105 y no se cuenta con fondos para realizarles la recorrida mayor (que tendría que ser en Europa según los mandos navales), el Helibras AS355 F2 Esquilo se encuentra aún en mantenimiento y apenas un Beechcraft T34C1 Turbo Mentor y un B200 Super King Air se encuentran operativos. La flota se encuentra en una fase crítica, con una fragata operando en forma limitada, el buque de aprovisionamiento y control ROU 4 Artigas con problemas de motores, dos barreminas operando como patrulleros costeros y el resto de los buques auxiliares en distintas situaciones operativas, pero ninguno al cien por cien de disponibilidad. En el único sector que se mejoró fue en el de la Prefectura Nacional Naval (Guardia Costera) que recibió las lanchas rápidas que estaban en Misión de Paz tanto en Haití como en Congo, reforzando así sustancialmente sus capacidades.

El Ejército por su lado, mantiene un razonable nivel de apresto, pero buena parte de los planes de adquisición no se han concretado por falta de fondos. Por el camino quedó la compra de lanzacohetes RPG, que lleva años de iniciada y no han surgido novedades. La urgencia de obtener mas misiles para el sistema A/T Milan no se ha suplido, por lo que la capacidad antitanque está al mínimo. Se desprogramaron los blindados 8x8 OT-64 Skot y no fueron reemplazados por ningún sistema nuevo, solo que se recuperaron blindados 4x4 RPZ Condor para ocupar su lugar. Lamentablemente mas allá de adquisiciones puntuales como chalecos antibalas y cascos, no se vislumbran grandes compras para el próximo año.

Desde el cambio de jefatura en el Ministerio de Defensa del fallecido tupamaro Eleuterio Hernández Huidobro al socialista Dr. (Dentista) Jorge Menéndez, prácticamente todas las compras han quedado paralizadas en esas oficinas. Este cambio puede entenderse desde el punto de vista político por el alineamiento entre el Ministro de Defensa y el de Economía, ambos socialistas y proclives a restringir el gasto militar al máximo, mientras que el anterior ministro pertenecía a los Tupamaros, que si bien fueron enemigos de los militares durante la guerra contra la subversión, con el retorno a la democracia fueron el sector político que generó mas afinidades con las Fuerzas Armadas, bajo la premisa de que ambos grupos fueron combatientes, hablan el mismo lenguaje y conocen sus necesidades.

Con el fallecimiento de Huidobro, cambia el control político del Ministerio de Defensa y con ello vino la paralización casi total en las inversiones de las fuerzas. Uno de los motivos que se esgrimen es la falta de recursos, pero sin embargo otros sectores del gobierno, como por ejemplo el Ministerio del Interior, han recibido enormes inyecciones de fondos y aunque los resultados no son directamente proporcionales al dinero recibido, se siguen incrementando los recursos.

La clara falta de apoyo del Gobierno a las Fuerzas Armadas, una situación increíble desde todo punto de vista pues las Fuerzas Armadas son parte integral de este, se manifestó cuando el presidente de la Repúbilca, Tabaré Vázquez, que es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, no participó de las graduaciones de noveles oficiales de las Fuerzas Armadas en las distintas escuelas de formación militar y prefirió asistir a la graduación de un curso de cinco meses de la Escuela de Carnaval, donde gran parte de la capacitación fue aprender a bailar Candombe.