El profesor emérito y director del Centro Corbett del King’s College de Londres, Geoffrey Till, invitado de lujo del simposio de seguridad y defensa que se celebró a finales de agosto en Lima, se reservó el tema En defensa del control del mar como corolario al importante evento académico.
El experimentado catedrático y autor, referencia global en materia de historia y estrategia marítima, inició la última exposición del simposio con la definición de control del mar, un concepto que califica como central en la formulación de estrategias marítimas, tiene muchos lineamientos que dependen del contexto estratégico, puede ser oceánico o restringido a ríos y lagos, puede o no durar en el tiempo, su diseño se basa también en las estrategias.
Till resaltó que el control del mar se caracteriza por una superioridad estratégica y operacional sobre el adversario, permitiendo el uso del mar para objetivos estratégicos o prevenir que tu adversario haga lo mismo. Hay diferentes maneras de entender el control del mar en diferentes marinas y tiempos que reflejan la condición en la que están operando.
Dos definiciones británicas de relevancia se refieren al comando del mar como la habilidad de usar el mar por completo para sus propios propósitos en cualquier momento y negar al enemigo el uso de buques. El control del mar es la condición que existe cuando uno tiene libertad de acción para usar un área del mar para sus propios propósitos por un período de tiempo, y si es necesario, negar su uso a un oponente.
Una estrategia planteada en Estados Unidos, en 2017, define el control del mar como no permitir que a sus fuerzas armadas les impidan la libertad de maniobra y acceso, deben poder imponer un control marítimo local cuando sea necesario, idealmente con amigos y aliados, pero solos si así se tiene que hacer. Una segunda versión sugiere que el control del mar no se basa en las antiguas estrategias marítimas, sino en reconocer que el empuje económico de todas las naciones emerge no del control del mar sino cuando se hace al mar libre y seguro para todos.
Los conceptos varían según las circunstancias del país y sus aspiraciones.
Till enfatizó que la idea básicamente es lo que los rusos llamaban como condiciones operacionales favorables o la estabilidad de combate, el ataque al comercio o las proyecciones de ataque para impedir que el enemigo haga lo mismo.
Siendo el océano el lugar de maniobra más grande del mundo, como lo califican en EEUU, y siendo el lugar de mayor tránsito para el comercio, siendo precisamente tales cualidades los mayores beneficios del control marítimo, maniobra y comercio. Estos beneficios no están limitados a períodos de guerra, porque la confianza de obtener el control del mar, si así es necesario, influye también las actividades en tiempos de paz, lo que es una gran justificación para tener una marina, para todos.
Sin embargo, aclaró Till, este concepto está bajo ataque de diferentes sectores, ataques que las Marinas deben contener si aspiran a tener el control del mar. El expositor resaltó cinco desafíos o ataques a los conceptos de control y negación del mar.
El desafío tecnológico en la forma de la creciente eficiencia de los equipos costeros, sean submarinos, minas, misiles, drones, aviones, amenazas hipersónicas y balísticas, contribuyen eficientemente a la negación del mar, especialmente en aguas locales. Las amenazas para Marinas que operan en posiciones avanzadas han crecido, es ahora más peligroso operar relativamente cerca de las costas de otros países.
Till indicó que el ejemplo más obvio de estas tensiones es la especulación, en el discurso sobre la factibilidad de una presencia continua, por ejemplo, de la Armada de EEUU en las aguas del Pacífico occidental, donde los estadounidenses ven dos áreas, una donde la Marina de China le está empezando a disputar el acceso que se extiende hasta Guam y una serie de islas, y otra, en el Mar del Sur y Este de China donde están constantemente intentando bloquearles la libre navegación, en un esquema de operaciones combinadas para negar ese espacio.
Un reto sistemático para operar en los cinco dominios (marítimo, terrestre, aéreo, ciberespacial y espacial). Forzar la presencia y tener acceso a las áreas en disputa obliga a enfrentar tales retos tecnológicos.
Una posible respuesta es el emplazamiento de misiles en islas y desplegar submarinos en las proximidades a tales islas o archipiélagos para negar a China el acceso a mar abierto, a pesar de que la Marina de China es bastante poderosa. Se puede dar un enfoque mixto de control y negación del mar.
A veces llamado bloqueo moderno, un planteamiento sugiere una maniobra en la que la Armada de EEUU y sus aliados se puedan establecer en una línea, bloqueando militarmente a las fuerzas chinas para impedir su comercio con el exterior. Es más un planteamiento estadounidense que chino.
Till resaltó que los avances tecnológicos pueden afectar seriamente dicha estrategia. La transformación tecnológica produce cambios, transforman el campo de batalla, y estos cambios han sido absorbidos por la flota y se han convertido en otros instrumentos de control del mar, no solo de negación.
Atlas Elektronik comercializa el SeaHake mod 4 ER, un torpedo pesado de largo alcance (140 kilómetros), y el torpedo antitorpedo Sea Spider. Ahora, todo vale, agregó Till.
Estos conceptos no sirven únicamente para China y EEUU sino para cualquier marina, inclusive las de América del Sur. Las pequeñas marinas del sudeste asiático también están invirtiendo en capacidades de negación del mar, para complicar a la Marina china, pero también pueden servir para otros potenciales contrincantes, dependiendo de las prioridades de su juego geopolítico.
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