Las autoridades noruegas temen que la venta a Rusia del fabricante de motores Bergen Engines tenga consecuencias negativas en la seguridad del país, así que la han bloqueado. La filial de la británica Rolls Royce, que es suministradora de motores navales de gas y diésel de la Armada noruega, entre otros países, iba a ser vendida por 150 millones de euros al grupo ruso TMH (Transmashholding). El movimiento no va a culminar, al menos mientras de Oslo evalúa las implicaciones de la operación a su seguridad.
El bloqueo supone un contratiempo a los planes de Rolls Royce para tratar de recuperarse de la crisis provocada por el coronavirus vendiendo activos por un valor de 2.000 millones de libras (más de 2.300 millones de euros al cambio actual) hasta el año 2022, informa Reuters.
La ministra de Justicia noruega, Monica Maelend, ha explicado, al periódico financiero local E24, que de llevarse a cabo “la venta habría fortalecido las capacidades militares rusas de una manera que claramente estaría en conflicto con los intereses de la política de seguridad de Noruega y sus aliados”.
Por su parte TMH ha emitido un comunicado en el que se muestra “decepcionado por la decisión de las autoridades noruegas”. La nota, recogida por la agencia gubernamental rusa Sputnik, apunta que durante el proceso de negociación de la compraventa “el grupo TMH mantuvo la máxima transparente en cuanto a la estructura de propiedad y los planes de desarrollo de Bergen Engines”. La compañía, de la que Maeland ha explicado que sus propietarios están vinculados con las autoridades rusas, asegura que no hay nada en esta transacción que justifique a Noruega aplicar su ley de seguridad.
"TMH seguirá el desarrollo de la situación y se sentirá profundamente decepcionado si se decide bloquear definitivamente la compraventa", apunta la nota de la empresa rusa, que además explica que ahora necesita evaluar las consecuencias comerciales, financieras y jurídicas de la decisión tomada por las autoridades noruegas.