La pandemia deja a Reino Unido temporalmente sin su portaaviones

La Covid-19 también llega a los sistemas de defensa naval más potentes del mundo. El portaaviones británico HMS Queen Elizabeth se quedó el lunes en puerto tras detectarse que un número no especificado de sus tripulantes (menos de diez) están afectados por la enfermedad. Como medida de precaución, las autoridades han aislado a los marineros que han tenido contacto con los infectados a bordo del propio buque.

La pandemia dejó también hace unos meses fuera de combate al portaaviones francés Charles de Gaulle y al estadounidense USS Theodore Roosvelt, pese a las medidas de control que se habían tomado para evitarlo.

El Queen Elizabeth es el único portaaviones con el que cuenta la Real Armada británica (Royal Navy), a la espera de que una segunda unidad de la misma clase, el HMS Prince of Wales, botado en 2017, comience a operar previsiblemente en 2023.

La detección de casos de Covid-19 entre los tripulantes de la nave británica ha tenido lugar durante unas pruebas “de rutina”, según ha explicado un portavoz a la cadena pública BBC. La decisión de la vuelta del barco a sus operaciones quedó entonces en manos de su capitán, Angus Essenhigh, que actuará según la guía marcada por el servicio de salud pública británico.

El portaaviones británico tenía previsto salir el lunes del puerto de Portsmouth, donde tiene su base, para iniciar unos ejercicios de entrenamiento.

Los buques militares también componen un recurso de lucha factible contra el coronavirus. La Armada española puso al inicio del estado de alarma decretado en el país cinco buques equipados con UCI y camas hospitalarias a disposición de las autoridades para combatir la pandemia. Se trata del LHD Juan Carlos I, los buque de asalto anfibio (BAA) Galicia y Castilla, y los buques de aprovisionamiento en combate (BAC) Cantabria y Patiño.