Los ministros de Exteriores de los países miembros de la Alianza Atlántica han acordado ampliar al espacio su ámbito de competencias. Se trata de un nuevo dominio en el que la OTAN podrá extender sus operaciones, como ahora ocurre con tierra, mar, aire y ciberespacio. El secretario general de la organización, el noruego Jens Stoltenberg, fue el encargado de anunciar el miércoles que el espacio se convertirá en un nuevo ámbito de actuación de la OTAN.
En cualquier caso, Stoltenberg se apresuró a indicar que el objetivo no es militarizar el espacio, sino únicamente prepararse para poder defenderse ante posibles amenazas en el nuevo dominio. De acuerdo con la información recogida por El País, de los en torno a 2.000 satélites activos en la actualidad, alrededor de un millar pertenecen a países miembro de la OTAN. De ahí se colige que esta organización es la principal interesada en la defensa de un material que además es especialmente sensible por las insustituibles capacidades de, por ejemplo, comunicaciones, vigilancia y navegación que aportan.
El anuncio de ampliación al espacio de las capacidades operativas de la Alianza Atlántica llega en un momento especialmente bajo de la organización, sobre la que el presidente francés, Emmanuel Macron, ha llegado a decir este mismo mes que se encuentra en “muerte cerebral”. En su crítica, Macron señaló a Estados Unidos por estar “dando la espalda” a la OTAN tras no coordinar con el resto de países miembro cualquier decisión de calado en torno a la acciones militares emprendidas recientemente por Turquía, pese a que, indicó, se trata de “una zona en la que nuestros intereses están en juego”.
“No existe “ningún tipo de coordinación en la toma de decisiones de Estados Unidos y de sus aliados en la OTAN. Ni una”, explicó el mandatario francés. En este contexto, concluyó, es necesario “clarificar ahora cuáles son los fines estratégicos de la OTAN”.
Ante este desencuentro Alemania plantea la creación de un grupo de expertos, encabezados por el propio secretario general, para mejorar la coordinación en el seno de la alianza.
La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha generado una cierta distancia entre los socios de ambos lados del Atlántico. Trump lleva desde que llegó al poder presionando a sus socios de la OTAN para que cumplan el objetivo de alcanzar al menos el 2 por ciento de sus economías en gasto militar para el año 2024, lo que de momento únicamente cumplen siete países, de acuerdo con el informe anual de la Alianza Atlántica referido a 2018. De momento, además de Estados Unidos, Grecia, Reino Unido, Estonia, Polonia, Letonia y Lituania ya llegan a esa cuota, mientras que otros dos, Rumanía y Francia, se encuentran cerca de alcanzarla.
En su intervención del pasado miércoles, Stoltenberg apuntó que los países europeos habrán incrementado a final de año y desde 2016 en 100.000 millones de euros sus gastos militares de euros. Una cifra en todo caso lejos de la necesaria para alcanzar ese 2 por ciento de gasto en defensa.