La victoria de la compañía sueca Saab, junto a su socio estadounidense Boeing, en el programa T-X para suministrar un nuevo avión de entrenamiento a la Fuerza Aérea estadounidense (USAF) “abre nuevas oportunidades” a la venta de este modelo en el mercado internacional. El consejero delegado (CEO) de la empresa, Håkan Buskhe, ha augurado que su avión supone un desarrollo “que venderemos en todo el mundo”, gracias al “gran interés” que hay sobre él tras ganar el concurso, estimado en 9.200 millones de dólares, para sustituir a la actual flota estadounidense de reactores de entrenamiento T-38 Talon.
El programa T-X contempla la adquisición de 350 aviones, 46 simuladores y distinto equipo asociado para reemplazar el servicio que ahora prestan los citados T-38 Talon. Los nuevos T-X se encargarán de preparar a los futuros pilotos para los cazas de quinta generación F-22 y F-35 Joint Strike Fighter (JSF). De este modo, como ha venido informando Infodefensa.com, Boeing y Saab se encuentran, tras ganar este concurso, en una posición ventajosa frente a futuros concursos internacionales, dada la popularidad internacional del F-35, uno de los cazas cuyos pilotos se entrenarán en el nuevo modelo, del que en las próximas tres décadas está previsto fabricar en torno a 2.500 unidades.
Al programa T-X también optaron la compañía italiana Leonardo y una coalición formada por Lockheed Martin y Korea Aerospace Industries (KAI).
El T-X será ensamblado en la localidad estadounidense de West Lafayette, en el estado de Indiana, donde Saab ha anunciado este mismo mes que establecerá unas nuevas instalaciones en las que se producirán algunas de las secciones del aparato y tendrá lugar su ensamblaje final. Esta nueva planta “se convertirá en uno de nuestros sitios más importanes”, según el CEO de Saab. Buskhe se dirigió a la prensa la semana pasada en esta localidad, donde explicó que el T-X “es muy, muy importante para nosotros porque es un producto nuevo en un mercado nuevo y con un socio nuevo”, informa Defense News.
El líder de Saab explicó que su compañía buscó un acercamiento con Boeing hace una década en un momento en el que la compañía norteamericana emprendió “una campaña de internacionalización y buscaba preferiblemente, socios europeos y cuando la Fuerza Aérea de Estados Unidos comenzaba a hablar sobre un nuevo avión de entrenamiento para reemplazar al Talon T-38”.