Suiza opta por seguir adelante con su programa de cazas

El Consejo Federal suizo ha decidido continuar con el programa Air 2030, que prevé la compra de 40 aviones de combate y de un sistema antiaéreo basado en tierra por un valor estimado en 9.000 millones de francos (cerca de 8.000 millones de euros). En un encuentro celebrado el pasado miércoles, este órgano de gobierno ordenó al Departamento Federal de Defensa, Protección de la Población y Deportes de Suiza (DDPS, por sus siglas en italiano e inglés) que presente como máximo a principios de septiembre un borrador de planificación para la adquisición de los futuros cazas. El sistema basado en tierra no es parte de la orden de planificación, sino que su adquisición es parte del procedimiento ordinario, de acuerdo con la información facilitada por el DDPS.

El concurso suizo para dotar al país de nuevos aviones de combate tiene cinco modelos candidatos. Se trata del caza Eurofighter, fabricado por Airbus; del F/A-18 Super Hornet, de Boeing; del Rafale, de Dassault Aviation; del F-35A, de Lockheed Martin, y del Gripen E de Saab. El Ministerio de Defensa del país inició el mes pasado un ciclo de pruebas de dos semanas, tanto en tierra como en suelo, para cada uno de los aparatos.

La previsión marcada anteriormente apuntaba a que en noviembre de este año, tras el resultado de los ensayos, sería lanzada una nueva solicitud de propuestas, cuyas respuestas deberían estar listas a finales de mayo de 2020. El informe de evaluación será elaborado entonces desde junio hasta finales de 2020 y posteriormente se presentará al Consejo Federal. También se planteó que este calendario podría incluso adelantarse, a tenor del adelanto en las pruebas.

La fuerza aérea suiza va a sustituir su anticuada flota de aviones F/A-18 y F-5 por 40 nuevos aparatos del modelo elegido en un programa valorado en 9.000 millones de francos suizos, incluida la citada adquisición de un sistema de misiles antiaéreos basados en tierra.

Los responsables del proceso de adquisición suizo definieron cuatro criterios principales de evaluación de las ofertas y su correspondiente valor ponderado sobre el total. De este modo, la eficacia de la aeronave –entendida por tal su operatividad y resistencia– se tasó en un 55 por ciento del total; el soporte del producto –facilidad de mantenimiento, asistencia autónoma– quedó cuantificado en un 25 por ciento, el plan de cooperación se valoró en el 10 por ciento del total, y las compensaciones directas –fórmula conocida como offsets en el sector–, el 10 por ciento restante. En este último punto el Consejo Federal ha decidido que solicitará compensaciones industriales al fabricante ganador (fórmula conocida en el sector como offset) por valor del 60 por ciento del precio establecido del contrato.

Nuevo proceso tras el rechazo en referéndum

En mayo de 2014 los ciudadanos suizos ya rechazaron en un referéndum la compra prevista entonces de 22 aeronaves Gripen de la sueca Saab por cerca de 3.500 millones de dólares. De ahí que el proceso de elección de un nuevo avión de combate se reiniciase y a mediados de 2016 se encargó a un grupo de expertos la evaluación de una nueva solución para la defensa aérea del país a través de un informe de recomendaciones.

El trabajo recogió cuatro opciones, cada una de ellas basada en un distinto grado de desarrollo de los sistemas de protección del espacio aéreo, y describía sus ventajas y desventajas. La segunda opción, que fue la finalmente elegida, es la que planteaba la compra de 40 cazas y la adquisición de una nueva red de defensa aérea por 9.000 millones en total.