El Gobierno belga ha recibido la aprobación parlamentaria para un plan militar que contempla la compra de material militar por un valor de 9.200 millones de euros. El ministro de Defensa, Steven Vandeput, anunció el viernes que este proyecto incluye 4.011 millones de euros en la compra de 34 aviones de combate de quinta generación F-35A, dos centros de simulación de vuelo, equipos y sistemas de apoyo operativo y técnico de los aparatos, y sistemas de cascos de piloto de alta tecnología.
Las autoridades del país han confirmado de esta forma la elección del caza de Lockheed Martin en el proceso de sustitución de su actual flota de aparatos F-16, como avanzó Infodefensa.com el miércoles anterior. Con esta noticia, ya oficial, se ratifica igualmente que el otro gran competidor de este concurso, el modelo europeo Eurofighter, se ha quedado fuera de un programa valorado, contando todo su ciclo de vida, en 15.000 millones de euros. Bruselas espera recibir sus primeros F-35 en el año 2023.
El Gobierno belga anunció en febrero de 2016 su plan para comprar 34 nuevos aviones. Teniendo en cuenta únicamente el coste de compra de los aparatos, el desembolso estimado inicialmente en el programa era de 3.750 millones de euros, algo más de 110 millones por unidad.
Entre los candidatos para hacerse con el proyecto, además de la compañía norteamericana Lockheed Martin, que finalmente ha resultado ganadora con su modelo F-35A Lightning II, también figuraron la también estadounidense Boeing, fabricante del F/A-18E/F Super Hornet; la francesa Dassault Aviation, que ofreció el Rafale; la sueca Saab, con el JAS-39E/F Gripen, y Eurofighter, desarrollador de la aeronave del mismo nombre y que está financiada por Reino Unido, Alemania, Italia y España.
En la actualidad, cinco países del viejo continente participan en el programa norteamericano del F-35: Gran Bretaña, Italia, Noruega, Países Bajos y Dinamarca, a los que ahora se suma Bélgica como comprador. Otras tres de las grandes naciones europeas, España, Alemania y Francia, deberán iniciar en los próximos años programas de sustitución de modelos de sus actuales flotas de aviones de combate (el F-18 en el caso de España, el Tornado en el de Alemania y el Mirage en Francia), y se ha planteado que podrían acabar uniéndose para el desarrollo de una aeronave de nuevo cuño alternativa al F-35.
De las tres variantes diseñadas del caza F-35, la A, que es la encargada por Bélgica, es la más ligera y ágil, y está preparada para el despegue y el aterrizaje convencional (CTOL) en pistas habituales. Esta versión ha sido concebida para sustituir a los antiguos aviones de combate F-16 y A-10.