La Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar) de la Armada de Chile presentó los protocolos que emplea habitualmente ante la eventual operación de una megaflota pesquera china de 340 embarcaciones en aguas de responsabilidad nacional.
La presencia de las unidades chinas frente a la Zona Ecónomica Exclusiva (ZEE) de varios países sudamericanos en busca de recursos marinos y que en la actualidad se mantiene faenando a la altura de la costa peruana ha despertado especial alarma en la región tras depredar durante su paso el entorno del archipiélago ecuatoriano de las Galápagos.
Frente a esto, la Armada de Chile mantiene un estricto y permanente control del tránsito de las flotas pesqueras internacionales, a fin de actuar ante anomalías en el comportamiento de los buques y así garantizar el resguardo de los intereses nacionales.
El director de Seguridad y Operaciones Marítimas (Dirsomar) de la Armada de Chile, contraalmirante LT Eric Solar, explicó que este tipo de embarcaciones navegan frente a las costas nacionales habitualmente en busca del calamar gigante que por temporadas se encuentra disponible tanto en el océano Atlántico como en el Pacífico.
El contraalmirante señaló que las flotas pesqueras son monitoreadas permanentemente a través de un sistema de posicionamiento automático satelital (VMS), el cual reporta su posición a una central de monitoreo ubicada en la secretaría de la Organización Regional del Pacífico Sur.
La autoridad indicó que, según el registro histórico, el tránsito de estas flotas por aguas nacionales se efectúa dos veces al año, y están referidas al paso de estas naves desde el océano Atlántico al Pacífico vía Estrecho de Magallanes, lo cual está autorizado por el Derecho Internacional Marítimo y que en promedio dura 10 días para dirigirse a los caladeros de pesca. Posteriormente, una vez finalizada la temporada los buques retornan al océano Atlántico.
La institución realiza un monitoreo permanente durante el paso de las embarcaciones empleando de ser necesario todos sus medios aéreos, de superficie y submarinos para hacer cumplir la reglamentación internacional y garantizar el respeto a las normas nacionales que resguardan los intereses nacionales.
La Armada de Chile desarrolla tareas de fiscalización conforme a la Ley General de Pesca y Acuicultura Nº18.892 de 1989 además de la Convención y Ordenamiento de los Recursos Pesqueros en alta mar en el Océano Pacífico Sur (ORP-PS).
La labor de fiscalización permite verificar que la actividad pesquera de embarcaciones extranjeras en Alta Mar se ejecute conforme a las normas internacionales que buscan la conservación, el uso sostenible de los recursos pesqueros y la protección de sus ecosistemas marinos además de disuadir su eventual extracción no autorizada en aguas nacionales.
La Armada de Chile desarrolla anualmente Operaciones de Vigilancia Oceánica (OVO) y Operaciones de Fiscalización Pesquera Oceánica (OFPO) en la ZEE del país. En este tipo de misiones intervienen unidades como patrulleros oceánicos (OPV), fragatas y submarinos además de aeronaves como los P-295 Persuader, P-111, P-68 Observer 2 y helicópteros embarcados. En 2021 contará con un presupuesto estimado de 2,8 millones de dólares.
El submarino SS-23 General O´Higgins realizó labores de fiscalización en el mes de mayo en la zona norte del país abarcando desde Talcahuano al Límite Político Internacional (LMI) y desde Arica a Valparaíso, hasta las 200 millas náuticas de la costa, en una superficie total de 54.220 millas náuticas cuadradas, y en agosto en aguas de la jurisdicción de la Tercera Zona Naval.
El patrullero oceánico OPV-84 Cabo Odger desarrolló en el mes de julio una OFPO a 700 millas al oeste de Iquique en la que se controló a unidades pesqueras de bandera china y panameña para verificar el cumplimiento de las medidas que regulan la explotación de los recursos marinos más allá de las 200 millas náuticas.