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Las operaciones tácticas que realiza la Prefectura Aérea son, principalmente, apoyo a procedimientos policiales y rescates de personas en zonas de difícil acceso, ambos, con personal especializado del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE). No obstante, al analizar el concepto táctico, es posible señalar que los rescates son las operaciones tácticas por esencia. Entre ellas destacan el rescate de sobrevivientes de los aludes de Bellavista, en Colchagua en 1972. La búsqueda y rescate de trabajadores areneros aislados por la crecida del río Maipo en 1973. Y una de las acciones que está en la memoria nacional fue la evacuación de 19 personas lo que se denominó El Infierno en la Torre Santa María el 21 de marzo de 1981.
Dramáticas fueron las escenas vividas en ese incendio, en el que operaron dos Bo-105 (C-13 y C-14), volando en condiciones extremas con baja visibilidad, altas temperaturas del lugar y la desesperación que había de quienes estaban en la azotea. Fue necesario que bajaran dos carabineros para organizar a la gente para realizar la evacuación.
Otras operaciones de ayuda a la comunidad fueron las evacuaciones en la Zona Central de Chile por los desbordes de ríos en el invierno de 1983, rescatando a 683 personas. Una década después nuevamente habría un despliegue de grandes proporciones producto del aluvión en Quebrada de Macul, en la Zona Precordillerana de Santiago. En la historia más reciente, personal de la Prefectura Aérea de Carabineros realizó rescates en el norte del país, en la comuna de Chañaral, donde varios lugareños quedaron aislados producto del desborde del río Salado. En esa ocasión se rescataron a 41 personas que estaban refugiadas en los techos o en medio del caudal.
La Prefectura Aérea trabaja en conjunto con el GOPE en labores de procedimientos operativos y tácticos; con la Sección de Encargo y Búsqueda de Vehículos en cuanto a procedimientos policiales relacionados con seguimientos de vehículos por los delitos de robo con violencia y/o intimidación; con la Prefectura Tránsito y Carreteras en patrullajes aéreos que se realizan por las diferentes rutas de acceso a la Región Metropolitana; con el Departamento de Análisis e Información Territorial, manteniendo vigente una modalidad de patrullajes aéreos con el fin de prevenir la ocurrencia de delitos de robos con violencia y/o intimidación, y delitos de robos con fuerza a las entidades bancarias de la Región Metropolitana; y con el Departamento de OS7 en lo que respecta a la búsqueda de droga.
Cabe señalar que la Prefectura Aérea y sus nueve Secciones Aéreas, a lo largo del país, mantienen una permanente comunicación y desarrollan trabajos en conjunto, con la totalidad de los estamentos institucionales especializados y operativos, según sea el requerimiento y el procedimiento a realizar.
Los entrenamientos están destinados a los pilotos policiales tanto de aviones como de helicópteros, quienes se capacitan y habilitan constantemente por medio de instructores certificados en cada una de las operaciones de vuelo a desarrollar, actualizando permanente sus conocimientos y habilidades. En tanto las tripulaciones que abordan las aeronaves, es decir, el personal del Departamento de Operaciones Especiales, mantienen un entrenamiento constante sobre los procedimientos en los cuales tienen participación, acudiendo a las dependencias de la Prefectura Aérea para el desarrollo de capacitaciones a sus nuevos integrantes. Lo anterior con el fin de entregar los conocimientos necesarios para enfrentar este tipo de situaciones, por lo que cuentan con las habilidades y aptitudes para operar tanto en procedimientos policiales como en operaciones de rescate.
Sección RPAS
Desde enero de este año, la Sección RPAS (Aeronaves Remotamente Pilotadas) vivió una reestructuración, conformándose para ello en una sección técnica y varias secciones operativas. Una de ellas es la Sección Operativa RPAS la cual tiene dependencia en la 30va Comisaría de Radiopatrullas e Intervención Policial, y que cumple tareas de apoyo operativo e investigativo a la función policial. También hay otra Sección Operativa en la IX Región de la Araucanía, dependiente de la 1ra Comisaría de FFEE, la que de igual forma, desarrolla operaciones de apoyo y relacionadas a la contingencia propia de la región, ambas unidades apoyadas en el Proyecto de Televigilancia Móvil. En tanto la Sección Técnica RPAS depende de la Prefectura Aérea de Carabineros y tiene por tarea las funciones de proyectos, cursos y capacitaciones, y el procesamiento de imágenes relacionadas con las aeronaves de estas características.
Esta tecnología ha permitido establecer una amplia gama de posibilidades en cuanto al apoyo a la función policial. Ejemplo de ello son las más de 1.400 operaciones desarrolladas durante el 2019, completando 3.830 horas de vuelo, donde los drones son un importante aporte en misiones relacionadas con el control de orden público y procedimientos relacionados a la Ley de Drogas y Estupefacientes, logrando más de 100 detenciones de personas por la comisión de este tipo de delitos. Uno de los modelos empleados es el DJI Matrice 210 equipado con cámaras térmicas Zenmuse XT2 y cámaras de largo alcance Zenmuse Z30.
La Prefectura Aérea pretende, en el corto y mediano plazo, dotar a la totalidad de las regiones del país con Secciones Aéreas, cada una con aeronaves de ala rotatoria y ala fija, según sea el caso y las necesidades y problemáticas propias de cada área. Como cada región presenta condiciones y necesidades operativas distintas, lo que se pretende es dotar a la Prefectura con aeronaves de ala fija y rotatoria del tipo multipropósito que permitan desarrollar el máximo de misiones en cualquier región del país. No obstante, hay misiones relacionadas al transporte y de inteligencia policial que requieren de aeronaves con características técnicas más específicas.
En lo que respecta a la adquisición, es fundamental renovar a corto plazo el parque aeronáutico ya que cuenta con aeronaves que han cumplido su ciclo de vida y que incluso en los próximos años no contarán con repuestos del fabricante, como ocurre con los cuatro Bo-105 en ala rotatoria, y los Piper Cheyenne y Piper Navajo en ala fija. Estas aeronaves han desarrollado servicios por más de 35 años, siendo fundamental implementar un proyecto de renovación de aeronaves y mantener dicha actualización del parque aeronáutico en el tiempo.
Es importante indicar que gran parte de la flota de ala fija son aviones provenientes del Club Aéreo de la institución, el cual las cedió en comodato a Carabineros de Chile. Por esto es necesario adquirir aeronaves con recursos fiscales y de esta manera regresar las aeronaves cedidas por el Club.
En la misma línea, es prioritario en el corto plazo adquirir helicópteros de instrucción y reemplazar de esta forma los Bell 206 que han visto egresar a la totalidad de los pilotos de la repartición. Estas aeronaves, que por los años de antigüedad que poseen, presentan trabajos de mantenimiento mayores, motivo por el cual permanecen fuera de vuelo por periodos de tiempo prolongados. También, en el corto y mediano plazo, es una necesidad adquirir aeronaves de transición, multipropósito y de transporte.
El objetivo final es instaurar un proyecto de adquisición de aeronaves que permita a la repartición reponerlas y renovarlas de forma permanente en el tiempo, sobre todo considerando que la Prefectura Aérea, como se indicó en un comienzo, realiza variadas misiones y que son vitales no solo en el desarrollo de la función policial, sino que también en colaboración a otros organismos del Estado y de los servicios de urgencia, realizando operaciones aéreas que van en directo beneficio a la comunidad.
Este proyecto de renovación permanente de aeronaves permitirá además incorporar las últimas tecnologías disponibles en el mercado, como así también dotar a sus tripulaciones con los cursos de capacitación necesarios para el correcto desempeño de estas. Sobre todo considerando que las operaciones aeropoliciales exigen un alto nivel de preparación de los pilotos y del personal de mantenimiento aeronáutico.
Referente a las operaciones especiales de vigilancia del Beechcraft B200 King Air de la Sección Aérea Iquique, este avión desarrolla misiones específicas en el norte del país y actualmente es la única plataforma con estas condiciones técnicas que son necesarias también en el centro y sur. Cuando se ha requerido realizar estas operaciones en estas zonas, irremediablemente se desprotege el norte, por ello es importante en el corto y mediano plazo adquirir aeronaves multipropósito, que colaboren en el desarrollo de ese tipo de operaciones, entre otras.
El King Air, conocido como Avión Vigía, cuenta con una cámara multiespectro, con una tarjeta de video y otra termal, que permiten la obtención de imágenes diurnas y nocturnas. También logra identificar otros tipos de objetivos que tengan emanación calórica. Dadas estas características es que se emplea en el combate contra el narcotráfico.
En relación a las capacidades de visión nocturna, tanto en ala rotatoria como en ala fija no se desarrollan misiones con utilización de Night Vision Goggles (NVG), siendo también un proyecto pendiente en el corto y mediano plazo, toda vez que el uso de estos equipos contempla, entre otros, contar con aeronaves habilitadas para NVG, siendo esta una de las características técnicas que se pretende incluir en los proyectos de adquisición señalados anteriormente.
En definitiva, con el parque aeronáutico actual, no es posible suplir las necesidades de cada región en particular, por ende, el Plan Estratégico de la Prefectura Aérea de Carabineros está orientado en esa dirección: contar con aeronaves en cada región del país y así mantener una dotación de plataformas suficientes para dar cumplimiento a la misión de esta unidad especializada a lo largo de todo Chile.
Fotos 1, 8, 15: Issan Valenzuela. / Fotos 2, 4, 5, 6, 7, 11, 13, 14: Carabineros de Chile. Foto 3: Vicente Quezada. / Foto 10: Fernando Castillo.