El Ministerio de Defensa realizó un acto en la sede de la III Brigada Aérea de Reconquista para presentar el IA-58 Fénix, un nuevo modelo de avión de fabricación nacional dotado de tecnología de última generación. Se trata de la evolución de los históricos IA-58 Pucará, que fueron retirados tras una serie de homenajes y vuelos de despedida.
Esta modernización del Pucará incluirá el reemplazo del motor Turbomeca Astazou por los Pratt & Whitney PT6A-62, y las actuales hélices por cuatripalas Hartzell. A su vez esta nueva aeronave contará con la instalación y certificación de equipamiento electrónico (de producción nacional en FixView e INVAP) que consta de: un sensor multiespectral con capacidad de visión óptica FLIR (Forward Looking Infrared, es decir, visor hacia adelante en modo infrarrojo), un designador de blancos laser, un módem satelital con transmisión Data Link en tiempo real, y un radar de apertura sintética, entre otros componentes.
Según el ministerio, el nuevo avión Fénix tiene una proyección de empleo entre 15 y 20 años y representa un adelanto técnico-cualitativo que permite efectuar misiones ISR (Inteligencia-Vigilancia-Reconocimiento). Su uso permitirá una menor cantidad de salidas para la neutralización de un mismo blanco, aumentando la efectividad de las acciones y contribuyendo a la sinergia necesaria de sistemas.
El adiós al IA-58 Pucará
El Pucará, cuyo nombre en quechua significa fortaleza, se configuró como un avión para apoyo de fuego aéreo cercano y de reconocimiento ofensivo, de gran maniobrabilidad, con dos motores turbohélice, una cabina biplaza en tándem de asientos eyectables y capacitado para transportar gran cantidad de armamento.
Su vuelo inaugural fue en 1969 en las instalaciones de la Fábrica Militar de Aviones (hoy Fadea) y su etapa de producción se extendió entre 1974 y 1999, lapso en el que se construyeron 107 aeronaves, algunos de los cuales fueron exportados a Uruguay, Colombia y Sri Lanka.
El IA-58 Pucará participó activamente la batalla aérea de las Islas Malvinas, donde desempeñaron misiones de exploración, de apoyo cercano a las tropas, de escoltas de helicópteros, de exploración marítima, de ataque a posiciones de artillería y lograron el derribo de un helicóptero inglés.
Como parte de su despedida final las aeronaves realizaron un recorrido por las unidades en las que prestaron servicio luego de 44 años de trayectoria. Pasaron por la I Brigada Aérea de El Palomar, la IX Brigada Aérea de Comodoro Rivadavia, la VI Brigada Aérea de Tandil, la Escuela de Aviación Militar de Córdoba, y culminaron su actividad en su unidad de origen, la III Brigada Aérea de Reconquista, Santa Fe.